martes, 30 de noviembre de 2010

Errante soy y peregrino (6)



Anglicanos/as en Tierra Santa

  Penúltimas reflexiones
  Aunque ya hace más de un mes que regresé de mi viaje  a Tierra Santa quiero casi acabar mi serie de impresiones [Errante soy y peregrino] comentando lo que quizá a nivel religioso sea el núcleo de esa visita: son los lugares santos, los sitios donde muy especialmente se recuerdan los hechos principales de la vida de Jesús y enel fondo, la meta final de un peregrino a Tierra Santa.

Entrada al Santo Sepulcro


 La primera impresión es la de la desidia y la incuria de algunos de esos lugares, sobre visitados, pero rutinariamente custodiados. (Sólo se salvan los custodiados por los franciscanos y otros frailes católicos). Los peregrinos son tratados –seguramente por la aglomeración- como rebaños y se ven transformados en turistas. Los suvenires son de un aspecto kitsch que tumba de espaldas y el acceso universal a la fotografía, un tic que se superpone a cualquier reflexión y a cualquier emoción.


Recolectado aceitunas en el Huerto de los Olivos

Algunos lugares más que sublimes se convierten en algo banal: el lugar del nacimiento en Belén, el Santo Sepulcro parecen antros donde la aglomeración de lámparas, iconos, candelabros y cachivaches litúrgicos semejan una especie de bosque sagrado en que no llegas  a ver ni a los arboles, ni al mismo bosque. El Monte de los Olivos se salvaba de esta impresión por estar al aire libre, pero el gentío que lo visitaba era apabullante. No podías pararte un segundo por miedo a perder de vista a tu grupo.

En la Basílica del Santo Sepulcro había tanto bullicio como en Carrefour, un sábado a las siete de la tarde. Colas interminables para venerar (¿!) el lugar sagrado. Relampagueo continuo de los flashes. Rezar allí intensamente es bien difícil. Yo me encontraba allí verdaderamente incómodo y pensaba en los peregrinos de siglos atrás que arrostrando toda suerte de riesgos y peligros, llegarían con temor y temblor a este lugar y cómo sentirían lo indecible en sus corazones.

Tuvimos algo de suerte con el Vía Crucis por la Vía Dolorosa, porque lo hicimos en un momento que no había mucha gente, aun cuando nos tropezamos con una nube de chinitos que nos hizo mil fotografías.

¿Diré que de  todos estos lugares se disfruta más  y mejor recordándolos ahora y aquí, después de visitados?


En el Muro de las Lamentaciones
 

Lugar donde depositaron a Jesús descendido de la cruz
 

domingo, 28 de noviembre de 2010

Increíble, pero cierto.

¡Qué milagro es la vida! ¡Cómo esta nos enseña a muchos lo que es la esperanza, los resortes que ésta tiene para seguir siendo eso, la vida!
Esta mañana he estado en el Hospital Infantil de La Fe. ¿Puede haber algo más terrible que un niño enfermo? Si el dolor es un misterio, aún se hace más patente cuando se ceba en un crío. Eso iba yo pensando mientras subía en el ascensor para ver a la preciosa hija de mi sobrino (o sea, mi sobrina nieta) que está a punto de cumplir dos añitos, hospitalizada porque la han operado de un problema óseo de cadera. La operación ha sido un éxito y no hay ninguna complicación, por ahora  y  por fortuna.
Entro, pues,  en la habitación en la que estaba su joven madre y me encuentro en su camita con una niña de dos años toda sonrisa y unos ojos como faros (son los que presiden mi blog), como si no pasara nada. La chiquilla esta inmovilizada de cintura hasta los pies por una especie de coraza (eso sí, muy cómoda), un brazo también inmovilizado y protegido para que no se quite el catéter y lo primero que me dice, sonriendo,  con su manita libre señalando la pantalla de un reproductor  de DVD : “¡Mira la sirenita!”. Casi se me saltan las lágrimas de los ojos ver a una personita,  como es esta niña, reaccionando de esa manera ante una situación a la que los adultos solemos responder de tan diferente manera, tan gravemente. ¡Cómo te reconfortan esta situaciones aunque sean penosas! ¿Diré que era el mismo Dios quien me estaba mirando desde esa camita?

jueves, 25 de noviembre de 2010

El discurso de mi amigo Ignasi en el Patriarca

Mi amigo Ignasi Llópez Sorolla me manda por correo electrónico el hermoso discurso que pronunció el domingo pasado, día 21, en la Iglesia del Real Colegio del Corpus Christi (del Patriarca), con motivo de la bendición solemne de la imagen del titular de la Hermandad del Santo Cáliz. Por incompatibilidad propia yo no pude asistir aunque bien me hubiera gustado. Él era el mantenedor y me pide mi más sincera opinión sobre sus palabras.
Yo se lo agradezco muchísimo y me hace presente la confianza y gran afecto que nos une. En segundo lugar, me pone en un aprieto, porque si le digo que su discurso es maravilloso a lo mejor piensa que son palabras de pura cortesía y si le saco algún defecto pues  se puede poner serio conmigo. Pues le diré las dos cosas que compensarán sin duda la balanza de mis temores.
En primer lugar, lo que no me ha gustado: aunque sé que es obligado, el inicio de los saludas yo lo hubiera hecho más breve y hubiera omitido el nombre de los ausentes y además de eludir algunos párrafos de tonalidad demasiado llana que no están a tenor con la situación.
En segundo lugar, el discurso me parece brillante, bien medido temporalmente y muy apropiado: las referencias a la historia del colegio del Patriarca; la relación de éste con el culto al Santísimo Sacramento y, por tanto, con la devoción al titular (el Santo Cáliz), el recordatorio de los objetivos de la Hermandad (“propaganda de la fe”, id est, testimonio cristiano y “culto eucarístico” que ésta  -soy testigo- realiza muy bien y que siempre habría que recordar a nuestras Cofradías de Semana Santa Marinera (sus objetivos cristianos, grabados a sangre y fuego); referencia a la reliquia sagrada del Santo Cáliz; el breve repaso a la historia de la Hermandad; y, sobre todo, La ponderada descripción de la imagen que se ha bendecido,  y especialmente la disquisición reflexiva y orante que Ignacio hace sobre lo que nos significa dicha imagen: Entrega, Amor y Esperanza que es en el fondo lo más importante y que algunas de nuestras cofradías marineras flagrantemente olvidan
Creo que todo es muy positivo y me atrevo augurar una nueva variante en el camino de Ignasi: la de mantenedor y  pregonero. Desde aquí felicito y animo a la Hermandad del Santo Cáliz y a ti, querido Ignacio, ¡enhorabuena!

Músicas que me gustan



Ella es Amy McDonald y canta "The pretty face"!Es una canción estupenda! ¡Disfrútala!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Leyendo a un pintor

Estoy leyendo un libro, que me está encantando. Se titula “CARTAS A THEO” y es la correspondencia que  el gran pintor Vincent van Gog mantuvo con su hermano Theo. En ella se reflejan las penurias, angustias y miserias que sufría el pintor impresionista, pero también la inmensidad del alma de este hombre, su fe y el escoraje de su arte y vida hacia los más pobres y débiles. Para él la pintura era el instrumento sagrado para traspasar el umbral de  lo material y llegar hasta la zona de la Belleza trascendente: “…dibujar es luchar por atravesar un invisible muro de hierro que parece alzarse entre lo que sientes y lo que eres capaz de hacer…”
Me atrevo a entresacar este  párrafo, porque es emocionante: “Estoy siempre inclinado a creer que el medio de conocer a Dios es amarlo mucho. Ama a tal amigo, tal persona, tal cosa, lo que tú quieras, y estarás en el buen camino para saber más después, he aquí lo que me digo. Pero hay que amar desde una alta y seria simpatía íntima, con voluntad, con inteligencia, y hay que tratar de saber siempre más y mejor. Esto conduce a Dios, esto lleva a la fe inquebrantable. Alguien, para citar un ejemplo, amará a Rembrandt, pero seriamente sabrá que hay un Dios y creerá en él”.
El libro está publicado por Alianza editorial (Madrid 2009).

martes, 23 de noviembre de 2010

Hail!, bright Cecilia

Ayer fue la fiesta de Santa Cecilia. Fue una doncella que vivió hacia finales del siglo II y murió martirizada. Históricamente poco se sabe de ella. Hagiográficamente (esa mezcla de historia magnificada, tradición y leyenda mágica entreveradas) algo más y se la asocia con el mundo de la música.
Es bonito que ella, Cecilia, sea la patrona de los músicos. Ellos, compositores e intérpretes, con la música consiguen que el mundo sea un poquito mejor. Para mí la música (la popular y la culta) ha sido siempre mi mejor compañera. Me ha hecho entrar en lo más sublime del arte, me ha hecho acercarme a Dios, casi a “tocarle”. A mí, oyendo a veces ciertas músicas, la emoción me aflora y me provoca que se me salten las lágrimas.
Los que me conocen saben que el cine es mi afición favorita. Pues no es del todo verdad: a una isla desierta yo me llevaría una sinfonía ante que una película. ¡Y eso que en música también soy un autodidacta!
Anoche, como homenaje a Santa Cecilia, estuve escuchando al Oda en el día de Santa Cecilia, de  Henry Purcel. Esta mañana, nada más levantarme me he puesto en el reproductor la Misa a Santa Cecilia, de Charles  Gounod: ha sido la mejor manera de empezar el día.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Contra el fanatismo


"My father, my lord", una perla preciosa.
He aquí una pequeña joya cinematográfica que puede  pasar desapercibida pues no se exhibe en sala de circuito comercial y trata un tema de gran interés: la hostilidad entre vida y fe cuando ésta última se interpreta de un modo radical, fundamentalista, inhumana.

Su argumento es el siguiente: Abraham es un rabino dedicado íntegramente al estudio de la Torah y al cumplimiento de la ley judía. Pertenece, junto a su esposa y su hijo, a una comunidad ultraortodoxa de Jerusalén. Forman una familia muy unida. Junto al cariño que manifiesta el padre hacia ellos, surge la cruel intransigencia de su modo radical de interpretar la ley.  La esposa es mudo  testigo de esa dureza y el niño no está en edad de entenderla  ni tampoco de rebelarse. Pero un día ocurre una tremenda desgracia y el rabino tendrá que revisar en medio de una gran crisis de fe, sus postulados, creencias y posicionamientos fanáticos.

El tema no es nuevo y la historia es tan antigua como la que el Génesis nos narra con el patriarca Abraham y su hijo Isaac. El interés viene, además de la acertada realización, por estar narrada en la época de hoy y además por un cineasta judío. Éste es respetuoso con su propia religión, pero denuncia que el fanatismo, la radicalidad y la interpretación literal de los preceptos religiosos ahogan la libertad y siembran la infelicidad en el ser humano. La sombra de Abraham y su sacrificio sobrevuela entonces por la trama del filme y hacen previsible un final desdichado… que precisamente no acaba como la historia bíblica.

Sin manifestarlo explícitamente “My father, my lord” dirigida por David Volach, expresa que no se puede suplantar el respeto religioso al respeto del  las personas y que una fe carente del uso del criterio de la razón es imposible.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¡Cómo amo la belleza de tu casa!

Ayer, a mediodía, estuve una hora paseando por el borde del mar. Más lo debiera hacer, teniendo la playa tan vecina a mi casa, porque repercutiría positivamente en mi salud.
A pesar de la hora,  la brisa venía de tierra, fresca y con empuje, fuerte, casi viento.  Bajo un sol resplandeciente, la superficie del mar estaba tranquila, y al principio, contemplado éste desde lejos de su borde, era de un azul metálico con un fondo verdoso brillante que parecía de esmeralda. El cielo, también muy azulado y refulgente, enmarcaba  su belleza atemporal. Después, ya en la misma playa, en el límite del encaje blanco de la espuma en que se disuelven las olas en la arena, debido al ángulo de la visión de mis ojos, el color del mar se transformó en un azul añil intenso, veteado por la espuma blanca de las crestas rompientes de las olas. Al fondo, una barquita con su vela blanca, convertía el paisaje marino casi en un dibujo infantil.
¡Qué inmenso placer, el poder contemplar tanta belleza! ¡Qué regalo de Dios que el ser humano tenga una participación del “Logos” (id est: la Palabra, lo que da sentido definitivo a la realidad) en nuestro interior, que nos capacita leer con clave de belleza este mundo tan maravilloso! Mis labios repitieron, rezando,  aquello del salmo 26:
                                 “¡Oh, Señor, cómo amo la belleza de tu casa,
                                   el lugar en que se asienta tu gloria!”

viernes, 19 de noviembre de 2010

Una plegaria

Mis buenos hermanos de la Corporación de Longinos (vulgo "Ronquinos"), una sencilla Cofradía de la Parroquia, me piden  les escriba una oración oficial para una estampa que ellos van a preparar. Aquí la presento, pues puede ayudar a más de uno, si la reza. Yo la he compuesto después de estar un rato con el Señor ante el sagrario.

Oración a Jesús Nazareno de la Corporación de Longinos

Oh Señor, Jesús  Nazareno:
Te dejaste prender para cumplir la voluntad de Dios tu Padre,
cargaste con la cruz en el camino al Calvario
para redimir nuestros pecados
e hiciste que el soldado Longinos encontrara la fe en Ti ,
cuando te hirió con la lanza en el costado.
Con nuestra fe y devoción
contemplamos el inmenso amor que Tú nos tienes:
Te pedimos que nosotros te sigamos con la cruz de cada día
y  seamos capaces de amarnos como Tú lo hiciste.
Acompáñanos en el largo camino de la vida.
Que nuestras familias, amigos y hermanos
vivan felices  cumpliendo tu voluntad
y nuestra Corporación de Longinos
tenga siempre como guía y centro a Ti, Jesús Nazareno.
Amén.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Santificar las fiestas

Copio del blog “Aquí estamos”  de mi amigo Pablo este “post” que escribió anoche. ¡Qué suerte tengo de tener amigos con esta sensibilidad religiosa!
                                           SANTIFICAR LAS FIESTAS

Aunque mi madre me enseñó a hacer las tareas del hogar, cuando alguna pieza de ropa necesita un remiendo acudo a alguna de las santas mujeres de mi parroquia. En concreto el sábado acudí a una señora anciana, soltera y muy piadosa que se encarga de que en la iglesia todos los manteles estén a punto y le pedí como otras veces que me arreglara una chaqueta de punto que se había descosido un poco. Como siempre hace, aceptó el encargo con diligencia, pero en esta ocasión me dijo: "Mañana no lo haré porque es domingo, se la coseré el lunes".
Me encantó la respuesta, eso sí que es santificar el domingo, ni siquiera un remiendo, ni siquiera coser un botón. Esta santa mujer está muy cerca del Reino de Dios. Cuanto tendríamos que aprender. (De “Aquí estamos
”)

Ilusión.

Sí: ilusión. Es el sentimiento con el que yo he salido del anuncio del Itinerario Diocesano de Renovación que esta tarde ha tenido lugar en el templo parroquial de Santa María del Mar para todo el arciprestazgo de San Pio X (Poblados Marítimos) de Valencia.
En un acto -algo largo, y que yo, como arcipreste inicié- se ha presentado el proyecto de conseguir una reactualización de la fe y de los compromisos cristianos para todo el pueblo fiel. El templo lleno y la atención de los asistentes, extrema. Han acudido de todas las parroquias y eso que algunas están bastante distantes  y la tarde-noche era desapacible, pero creo que ha valido la pena.
El arzobispo D. Carlos, es admirable por dos cosas: porque es incansable y porque, sobre todo, sabe comunicar: a todos nos han enardecido sus palabras dirigidas hacia lo que es primero principal: conocer y amar a Cristo. A ver en Jesús lo que es motor de nuestra vida, alegría de nuestro corazón, fuente de nuestros compromisos de cristianos. Desde Él y por Él podrá llegar la renovación de nuestro caminar personal y comunitario.
Me gustaría que la ilusión que el  arzobispo nos ha inyectado durase lo suficiente como para que cuaje esta primera parte de este proyecto que se iniciará el próximo Miércoles de Ceniza, en el año que viene, y es la de formar grupos de reflexión  para andar este Itinerario Diocesano de Renovación.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Curas de segunda división.

¡Qué difícil es para un cura de parroquia ocuparse de la religiosidad popular! ¡Cuánta energía consume, cuanto tiempo gasta, cuanta distracción de lo esencial le acarrea! Es muy bonito y queda muy bien afirmar que la religiosidad popular es un instrumento de evangelización. Lo es, pero el que ha que utilizarlo tiene muy fácil quemarse en su empeño.
Por circunstancias de mi vida sacerdotal desde hace muchos, muchos años, he tenido que cuidar de este aspecto en mi vida pastoral. Al principio, con cierta relativa facilidad: ahora con doce cofradías en la Parroquia, es una tarea de gigante y de héroe. A veces lo que parece bello y popular en la piedad de la gente se trueca en una cadena de tensiones y forcejeos con los que componen éstas porque o solo miran sus conveniencia o albergan gente que les importa un bledo el aspecto interior de lo que debe ser una asociación de fieles laicos de la Iglesia, que como ocurre aquí, pasan de ella –cuando no la odian- y sin embargo, por el amor a sus tradiciones y a su barrio, se alistan en las cofradías. Es verdad que en ellas hay gente de buena voluntad, creyente y piadosa, pero sus voces son acalladas por el ruido que hacen los otros.
Cuando veo a algunos compañeros sacerdotes haciendo una pastoral de élite, u otros teorizando sobre cómo debe ser la acción de anuncio del Evangelio entre la gente, me enrabio porque me quieren hacer creer y sugieren que lo que hago es propio de cura de almas de segunda división.
He acabado ahora, con una procesión tumultuosa, la fiesta más popular de la Parroquia: la del Santísimo Cristo del Salvador, una devoción de El Cabanyal multitudinaria, donde sin duda ha habido gente que se acercado la imagen con verdadera fe en Jesucristo. Pero también otros con espíritu mágico, fetichista y populachero. Han sido días de tensión y trabajo. Y siempre me ronda por la cabeza la misma pregunta: ¿ha servido de algo la “paliza” que me he dado en todo esto?

sábado, 13 de noviembre de 2010

¡Bien venido, Mr. Berlanga!

A Luis García Berlanga yo lo conocí personalmente. Aparte de que conozco toda su obra, también soy amigo de un familiar muy allegado y cercano que me contaba cosas de él y entre ellas que aun cuando en sus películas se mostraban cosas de dudoso gusto, era una persona exquisita y muy buena.
Y su cine nos lo demuestra. Con un sentido del humor muy mediterráneo, donde lo “verde” se unía a veces hasta lo “escatológico”, sus personajes, llenos defectos y “pecados” eran pobres diablos rematadamente buenos. Eran pícaros que si hacían trampas, era porque no tenían más remedio, casi por subsistencia  o porque el sistema los tenía cautivos y eran llevados a rastras a los lugares que precisamente ellos no querían llegar. De un ácrata caótico su pensamiento era muy certero: el don más garnde del hombre era su libertad.
Desenmascaró con la mayor gracia del mundo y la ironía más acerada a los políticos y a los capitalistas y a los eclesiásticos, criticó a instituciones hipócritas de la Iglesia y no dejó títere con cabeza: pero siempre como se dice evidenciando el pecado pero defendiendo al pecador.
Se reía de todo y de tod@s, pero lo hacía con el mayor cariño y la comprensión del mundo. Sus películas más tiernas –Calabuig, Bienvenido Mr. Marshal- parecen narradas por la voz de Dios. Yo pienso que así es como Dios nos debe ver: con la sonrisa entre los labios viendo lo “calamidades” que somos… Espero que, cuando llegue al cielo, Dios le diga al director de cine valenciano: ¡Bien venido Mr Berlanga!"

Señores obispos: ¡No es eso, no es eso!

¿Quién cuida de la imagen de la Iglesia? ¿Quién procura que los que les son hostiles no tengan argumentos para atacarla? ¿Cómo es posible que a estas altura algunos miembros destacadísimos de la jerarquía no tengan la suficiente sensibilidad para apercibirse de que su presencia prepotente y nada discreta en ciertos actos no hacen más que echar leña al fuego del anticlericalismo (mejor: anti-obispismo y perdón por la palabreja).
¿A santo de qué investir “doctor honoris causa” al ex presidente José Mará Aznar en la universidad católica? ¿A quien favorece y a quien perjudica? ¡Qué ha hecho él por la universidad y por la Iglesia? ¡Un personaje tan escorado hacia ciertas posiciones más que discutibles en el mundo de la política conservadora más rancia…! ¿Nadie en la jerarquía se da cuenta de que ese señor cada vez representa los valores de la derecha más retrógrada? ¿No deberían nuestros señores obispos darse cuenta de una p… vez que la Iglesia debería ser sensible y delicadamente neutral ante lo que representan ciertos personajes? ¿En qué situación se pueden encontrar los católicos incluso de la derecha normal,  o los del centro o también de la izquierda moderada ante estos hechos?
Tal vez sean muchas preguntas pero lo cierto es que por las fotografías salidas en prensa el acto podía haber sido diseñado en su puesta en escena por el mismo Federico Fellini. Allí, como pavos reales, con sus mucetas de colores, sus medallones y condecoraciones se exhibían los catedráticos junto a un Aznar que cada vez se parece más a su propia caricatura. Y coreando a éstos, nuestros señores obispos, con sus sotanas con botonadura roja, sus fajines colorados, sus esclavinas, sus pectorales y su solideos y  birretes… Algunos orondos y gorditos, dignos de ser captados por la prensa anticlerical, otros con sonrisa complaciente y de complicidad. ¡Una exhibición de pavos reales! ¡Señores obispos, bájense de su torre de marfil, vivan las realidades del pueblo y no hagan política de un solo color y, con discreción, eviten esa feria de las vanidades!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

!Los hombres no podemos vivir a oscuras, sin ver la luz del sol!

Esta mañana he estado en la Facultad de Teología, asistiendo a un curso de formación para los sacerdotes. La lección la daba mi amigo y condiscípulo Juan José Garrido. Muy bien, muy acertado y…claro. Ha presentado un panorama algo desolador de la situación “espiritual” de la cultura del modernidad pues el tema era “Valores dominantes en nuestra sociedad y compromiso cristiano”. Partiendo de un frase de Heidegger, para mí algo discutible, ha presentado la muerte de la Verdad y de la Razón en nuestro tiempo.
A mí se me ocurren, como comentario, recordar estas palabras muy recientes del Papa.
El pequeño Ratzinger
"¿Cómo el hombre mortal se va a fundar a sí mismo y cómo el hombre pecador se va a reconciliar a sí mismo? ¿Cómo es posible que se haya hecho silencio público sobre la realidad primera y esencial de la vida humana? ¿Cómo lo más determinante de ella puede ser recluido en la mera intimidad o remitido a la penumbra? Los hombres no podemos vivir a oscuras, sin ver la luz del sol. Y, entonces, ¿cómo es posible que se le niegue a Dios, sol de las inteligencias, fuerza de las voluntades e imán de nuestros corazones, el derecho de proponer esa luz que disipa toda tiniebla?"
(Palabras de la Homilia en la Catedral de Santiago de Compostela, Viaje apostólico a España, 6 de noviembre de 2010)

martes, 9 de noviembre de 2010

Media vita in morte sumus

En este melancólico mes de noviembre leía el otro día, en un libro de  Philippe Ariès, lo siguiente: "Hoy en día el adulto experimenta tarde o temprano –y cada vez más temprano que tarde–, el sentimiento de que ha fracasado, de que su vida de adulto no ha conseguido ninguna de las promesas de su adolescencia. Este sentimiento se halla en el origen del clima de depresión que se extiende entre las clases acomodadas de las sociedades industriales. Pero hoy no ponemos en relación nuestro fracaso vital y nuestra mortalidad humana. La certidumbre de la muerte, la fragilidad de nuestra vida, son ajenas a nuestro pesimismo existencial. Por el contrario, el hombre de la Edad Media tenía una conciencia muy aguda de que estaba muerto aplazadamente, de que el plazo era corto, de que la muerte, siempre presente en el interior de sí mismo, quebraba sus ambiciones y emponzoñaba sus placeres. Y ese hombre tenía una pasión por la vida que nos cuesta entender hoy. El hombre de las épocas protocapitalistas sentía un amor irracional, visceral, por los temporalia (las cosas temporales), entendiendo por temporalia, a la vez y sin distinción, las cosas, los hombres, los caballos y los perros".
El hombre medieval sabía y lo vivía aquello de “media vita in morte sumus” (a la mitad de la vida ya somos de la muerte). Y sin embargo se aferraba al deseo de vivir como nadie. ¡Qué bello responso –“Media vita in norte sumus”-, en el oficio de difuntos, se canta en gregoriano!


En las fotos, uno de los cementerios más bonitos que he visitado: el de Comillas (Santander)


Media vita in morte sumus, por Anuna

sábado, 6 de noviembre de 2010

Otoñales reunidos

Algunos asistentes a la reunión allá por los años sesenta y pocos.
Entre ellos, el autor de este blog. ¿Donde está?

Un día feliz. He asistido al encuentro  de condiscípulos de la promoción (1971) del seminario que no llegaron a ordenarse de curas. En aquel tiempo -hablo de los años sesenta- había muchas vocaciones y los cursos eran copiosos. Después, las circunstancias de la vida, otros horizontes y situaciones, la propia vocación que se revisaba hacia que muchos abandonaran el Seminario y emprendieran otra forma y otro modo de andar el camino de la vida. Había compañeros, mucho más piadosos que yo y con mejores  cualidades que lo dejaron. Otros, como yo, acabaron siendo sacerdotes. ¿Por qué yo y no otro? (¡Adivino la mano de Dios!) Como siempre, unos  y otros, los laicos y los clérigos, buscando el modo de ser felices.
Éramos esta mañana unos cuarenta,  sin contar las esposas de muchos de ellos. Hemos celebrado una misa y después de una comida de hermandad, hemos hecho una prolongada tertulia. Lo curioso y los más bonito de todo es que no nos extrañábamos y eso que algunos hacía años que no nos veíamos. La estrecha convivencia de algunos años de seminario, cuando éramos muy jóvenes provoca que al principio a algunos no los reconozcamos pero al cabo de un pequeño rato la  memoria se despierta y reconstruye su rostro amistoso.
Todos andamos ya en el otoño de nuestras vidas. Algunos ya están en la otra orilla (la de Dios). Pero seguimos con ganas de vivir, de seguir adelante, de llegar algún día a la Zona: aunque estemos en el umbral. Esta noche, rezaré por todo mis compañeros de curso, especialmente por los que no llegaron a ser curas, que, naturalmente, también y a  lo mejor tienenemayor mérito.

Corona de amigos, cadena de enemigos

Paradoja. El hombre que crea el sistema revolucionario de hacer amigos, unir personas, crear grupos de comunicación, hacer que la gente se pueda relacionar más fácilmente, es decir, Facebook, es el hombre más solitario, aislado, “solipsista” del mundo. De crear una corona de amigos a aherrojarse en una cadena de enemigos.
Es lo que cuenta “La red social”, una  imprescindible y memorable película sobre Mark Zuckerberg, el  millonario más joven del mundo, inventor  de Facebook, que surge como una venganza personal hacia la muchacha que no quiere doblegarse  a sus humillaciones, altanería y soberbia. Después  traicionaría a sus mejores amigos para hacerse con la patente del sistema de redes de Intenet.
La película está dirigida por David Fincher y es casi una obra maestra que casi hace historia del hoy presente y que recuerda a otra: “Ciudadano Kane”. La soledad del triunfador que por tener éxito y gloria vende su alma al diablo.

Os la recomiendo: “La red social” de David Fincher, una de las mejores películas de la década.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Errante soy y peregrino (5)

Los pobres
Los pobres. Siempre son ellos los que roban el protagonismo, a los ricos, a los guapos. Vivo en un barrio donde abundan y nunca se acostumbra uno a ellos. Los pobres siempre están donde molestan al turista. Como moscas sobrevienen al bajar del autobús para venderte postales o toda suerte de quincalla. Delante de la fachada bonita, del monumento histórico, del paisaje indescriptible, degradando a veces el lujo de la entrada del hotel, había siempre un pobre.
En mi viaje a Israel-Palestina-Jordania  he visto muchos de ellos de modo que sentía cierto escrúpulo cuando entraba en  mi hotel de lujo, o me ponía delante de buffet cargado de exceso de comida. Curiosamente,  he visto escasos mendigos pero sí pobres de solemnidad poblando aldehuelas casi fantasmales, chabolas decrépitas, barrios urbanos marginales, olvidados por los que detentan los poderes dedicados enriquecerse a costa de ellos. Se dice “olvidados de la mano de Dios”, pero eso es mentira, porque el grito del pobre siempre sube hasta Dios.
Los pobres en Jordania son pobres porque participan de la misma inmensa pobreza del país. Un país sediento y cuyas riquezas –las minas de fosfato, el turismo- están como siempre en manos de los caciques –llámense reyes o sultanes- y de la multinacionales. Los demás, a  sobrevivir y a mendigar.
Los pobres de Israel son otra cosa. No son judíos, son palestinos. Son pobres “empobrecidos” porque lentamente les han ido quitando sus posesiones, su espacio vital, su lugar al sol. Ahora delimitados, asediados, constreñidos, ahogados por una muralla gigantesca, coronada de alambradas con púas que mueve a una inmensa indignación a aquel que lo contempla. Con torres de vigilancia estilo campo de concentración nazi. Con feroces controles en los escasos lugares de paso: soldaditos/as armados hasta los dientes, revisando pasaportes, sembrando de trampas el firme de las carreteras.  Belén, la dulce ciudad donde nació Cristo, es una pesadilla: sitiada como si fuera una ciudad de apestados. A los pobres palestinos, si les miras a los ojos, ves en ellos una inmensa tristeza, pero también, la chispa poderosa de la rebeldía.
La llamada Autonomía Palestina parece una burla. Los barrios judíos limpios, ordenados, bien equipados. Los palestinos, con las calles sucias, caóticas con tenduchas y negocios decadentes. Casas que piden en sus fachadas un poco de pintura, ventanas desvencijadas, balcones o terrazas por restaurar. Basura por todas partes. Callejuelas llenas de gente y niños con sus ojos grandes y negros, sus churretes y mocos, sus cabellos ensortijados y revueltos y su mano tendida en busca de una moneda. ¡Ir a Tierra Santa es hacerse palestino!

lunes, 1 de noviembre de 2010

No se trata sólo de llevar flores 2

Como prometí en anterior entrada, os recomiendo unas películas que giran alrededor de lo que estos días se vive, que es recordar a nuestros seres queridos fallecidos. Son muy buenas películas, para aquellos que exigen del cine algo más que  un mero entretenimiento: un motivo para reflexionar y despertar nuestras mejores emociones.
Ponette (1996 ) de Jacques Doillon.
Una niña ante la muerte de su madre

Es un film de una gran sensibilidad que plantea –documentada psicológicamente- el proceso que experimenta  una niña de escasos años, que acaba de perder a su madre en un accidente de coche y del que a ella le queda la secuela de un brazo escayolado, para acabar aceptando la ausencia de ésta. La niña no interpreta, prácticamente, es ella misma, y se hace preguntas verdaderamente fundamentales, como un adulto quizá no sabría plantearlas. Dios, el amor, la muerte, la religión, el papel del padre, la resurrección de los muertos, y la de Jesús, los adultos y sus contradicciones: todo pasa a través del filtro de la mirada de esta niña. La película es un prodigio y puede hacer mucho bien al que la vea.


Despedidas (Okuribito, Japón. 2009)
Una insólita y trascedente mirada a la muerte.

Daigo Kobayashi, un joven músico violonchelista de una orquesta que se acaba de disolver. Se queda sin trabajo y le es muy dificultoso volver a encontrar uno nuevo. Acaba vagando por las calles buscándolo y sin demasiada esperanza. Por ello, decide regresar a su ciudad natal en compañía de su esposa. Allí consigue un trabajo como empleado de una funeraria que utiliza un ritual religioso propio de Japón de prepara los cadáveres: limpia los cuerpos, los coloca en su ataúd y los envía al otro mundo de la mejor forma posible. Aunque su esposa y sus vecinos contemplan con desagrado este puesto, Daigo descubrirá en este ritual de muerte la chispa vital que le faltaba a su propia vida. Su labor se va a convertir en algo tan gratificante como tocar el violonchelo.
“Despedidas” tiene por título original que “Okuribito” que viene a significar algo más que despedidas. En francés sería “Departures”, (como en los aeropuertos) que además de ser lugar de despedidas es lugar desde el que se comienza un nuevo camino, arranque de dirección para una vuelo. Eso es lo que al principio el protagonista no llega a entender, cuando descubre en qué trabajo se ha metido, que le da aprehensión y reparo ante la sociedad y que después descubre como un oficio inmensamente humano y trascendente.

Atardecer azul en Viver

Ayer tarde, estuve en Viver, que está en el límite de las provincias de Castellón y Teruel,  con los adolescentes y jóvenes de una Cofradía de la Parroquia, para celebrar con ellos la eucaristía. Fue estupendo. Los chicos/as vivieron con interés y relajados la celebración, donde participaron todos. Seguramente, también, les pesaba el cansancio de dos días con sus noches ¡sin parar! de convivencia juvenil.  Casi al acabar tuvimos que precipitar algo el final de la misa, porque una nube suelta y muy negra, comenzó a salpicarnos con sus gotas de agua.
Al regresar,  gocé como nadie de las delicias de una tarde de otoño. Como Viver está a  mitad de ese escalón natural que media entre el borde de la meseta y la orilla del mar, los valles que van de oeste a este descienden suavemente hacia el mar y la autovía los salva con suaves curvas, se deslizándose suavemente por sinuosas pendientes y  enmarcadas por montes que son colinas cubiertas por densas pinadas y  y tupidos arbustos. Después llagan los huertos de naranjos que convierten las laderas de los valles en manteles de terciopelo verde. El sol del atardecer que era frío y ventoso les daba un tono casi irreal. Algunos pueblecitos, con sus calvarios blancos encantaban el paisaje.
Pero lo mejor no estaba sólo en la tierra, sino en el mismo cielo, abierto y  de un azul pálido esplendente. Como si fuera un tapiz, éste estaba salpicado de nubes con formas caprichosas. No era un atardecer rojo, sino muy azulado. Hacia el mar se veía cómo una nube más oscura descargaba su cortina de agua y formaba a la vez una robusta columna con el arco iris, que parecia surgir de las aguas. Otras nubes de formas muy caprichosas –deshilachadas, algodonosas, fungiformes- , transformaban el cielo en un lienzo de pura fantasía. Regresé a la ciudad de Valencia verdaderamente distendido. ¡Cuánta falta me hace estar más en contacto con la naturaleza!