miércoles, 27 de junio de 2012

Fiesta en Alcalalí (o Alcanalí)



En el valle del Pop, en la Marina Alta, ya en la provincia de Alicante, la luz es mágica. El amplio valle parece iluminado siempre con una luz cenital que hace resplandecer los pequeños pueblos, asediados por viñedos y olivares, que descansan en las faldas de las montañas enmarcadas por la bellísima y escarpada Sierra de Bernia. Llíber, Xaló, Alcanalí (que parece ser su nombre ahora oficial, en “valencià normalitzat”). También tanta belleza se ve profanada por inmensas urbanizaciones a mitad de montaña que ocupan jubilados ingleses y alemanes que creen haber encontrado allí su particular paraíso terrenal y sus abastecidas bodegas donde se venden sus generosos caldos (y baratos para ellos).

Antes de ayer, lunes, fue la fiesta mayor de Alcanalí e invitado por su párroco, entrañable amigo, fui a concelebrar la solemne Misa de la fiesta del Cristo de la Salud. ¡Éramos en el altar más sacerdotes casi que feligreses en los bancos! Señal de lo buen amigo que es el párroco. Una misa con un sermón furibundo que soltó un cura jovencito de la diócesis de Alicante, cuyo fuego condenatorio casi me quemó a mí el alba. No quedó nada por exorciszar. Si ahora que es jovencito ya está todo el mundo condenado, ¿quedara algo en el mundo, objeto de anatema, cuando sea viejo?

 Lo mejor de todo (bueno, es lo que a mí más me gustó) -además de la comida que estuvo muy bien- es que al principio se bendijo “el pan del Cristo de la Salud”: unos inmensos “panquemados” que después de la Misa se repartieron desfilando por todo el pueblo.

lunes, 25 de junio de 2012

El clamor del fútbol


Cines, restaurantes, bares, asociaciones, clubs y peñas de lo que sea, hasta vecinos arrejuntados, estos días plantan sus pantallas gigantes para ver juntos -y vociferar de lo lindo como coro desafinado-, los goles de la "Roja". Todos maquillados, como pieles rojas de West, con los colores nacionales.

Yo (seguramente porque no me gusta el futbol, y menos su mundillo -soy un raro-)  no he organizado un futbol-forum en el salón de actos parroquiall, para ver tales enventos, pero otras asociaciones religiosas, sí. 

Aquí tenemos por ejemplo, una cofradía de las varias, que lo pasó pipa viendo el derby en la puerta de su local con los devotos cofrades. 

Muy bien está,  por lo menos parece más apropiado que un baile de Hallowin. ¿O no?

Siempre Don Quijote


Anoche, después del partido España-Francia y del vocerío que sus seguidores armaron,  TVE1 paso en homenaje a Juan Luis Galiardo, fallecido el día anterior, la película de Gutiérrez Aragón, “El Caballero Don Quijote de la Mancha”, en edición abreviada, filme histórico (¡!- ¿?) -así decía la mancheta informativa de la culta TVE,- fomentando esa idea ignorante (que no acaba de perder razón) de que el Caballero de la Mancha fue un ser real y no de ficción.

Como a mí me gusta tanto  El Quijote, todo lo perdono y me quedo con esto, que algunos sabemos de memoria, y que escribió el Manco de Lepanto:

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.

Desde luego, para recordar algunas cosas que a los humanos se nos olvidan, nada como leer de vez en cuando la novela de Cervantes.

miércoles, 20 de junio de 2012

Un homenaje



Antes de anoche, la Junta Parroquial de la Semana Santa de los Ángeles me hizo un sentido homenaje con motivo de mis diez años como párroco y por tanto como consiliario. (En realidad faltan algunos mese para cumplirlos).Fue un poco sorpresivo, aunque uno al final por algunos signos ya lo iba barruntando. Como fuere,  un muy agradable gesto por parte de las cofradías que asistieron, con una sencilla cena y después a los postres y un entrañable discurso que leyó Juan Huélamo, me obsequiaron  con este bonito cuadro-recuerdo de mis diez años de “jefe espiritual de las huestes de la Semana Santa”.  

Nos acompañaba Begoña, nuestra querida Presidenta de la Junta Mayor. Además decirles que ésta no es mi despedida, y pedir perdón por mis errores y gracias a Dios por mis aciertos,  afirmé, como es bien cierto, que soy muy feliz como cura de El Cabanyal, y les animé a seguir en el mejor camino que podemos andar como cofrades: haciendo de las cofradías una verdadera fraternidad, cuyo Hermano Mayor es Cristo.

Alabé también el texto que se había escrito en el cuadro: a fin de cuentas siempre he buscado respetando la autenticidad de la Semana Santa hacer que ésta sea lo más cristiana  posible.

Gracias, querida Junta Parroquial.




lunes, 18 de junio de 2012

Tocar el Cielo




Una de las cosas que más me impresionaron de mi visita al monasterio de “Los Hermanitos del Cordero” en Navalón, fue para mí la increíble y admirable actitud espiritual en la que viven los monjes y monjas. La llamaría de “infancia espiritual”: es decir, ante el misterio de un Dios Padre entrañable, transformarse en verdaderos niños donde nada hay más grande que Dios, nada mas cariñoso que Dios, nada más tierno que Dios. Esta actitud de sencillez que no de simpleza ni de gazmoñería, cuando a Dios se trata, ya la habían adoptado en la Iglesia algunos santos por mi muy admirados: Francisco de Asís (ellos tienen mucho del “poverello”), Teresita de Lisieux, Charles de Foucauld.

Esto lo descubrí el otro día cuando hablaba con ellos/as. Luego, la Eucaristía que pudimos celebrar con ellos fue otro regalo de la sencillez y espíritu de niños. Todo muy bien preparado: las palabras, los gestos, los movimientos y unos suaves  y relajantes cantos salmódicos  a dos coros. Todo dispuesto y estudiado al milímetro y sin embargo parecía natural y espontáneo, Sencillamente hermoso, precisamente por su sencillez. El rito ni parecía gastado, ni hueco, ni rutinizado. La eucaristía fue como tocar el Cielo.

Un último detalle de ese espíritu de acogida fraternal e infantil. Cuando nos marchábamos, ya en el colche, algunos hermanos nos despidieron y a la puerta del recinto del monasterio  (todavía no han construido muros), ¡nos dijeron adiós con un bello canto de despedida!

Corpus en el Marítimo




Hoy, domingo día 17,  ha sido un  domingo muy eucarístico. Por la mañana, he celebrado una Misa en la que he dado la Primera Comunión a un niño que, particularmente y sin nada especial, había sido preparado.  Por la tarde aquí en el Cabanyal-Canyamelar hemos celebrado el Corpus Christi del Marítimo.

Ha sido una procesión que, aunque  realizada con dignidad, parecía ir cuesta arriba. Hemos atravesado calles con más basura que en un vertedero, -parece que el servicio municipal de limpieza considera estas calles no dignas de ser limpiadas- con familias enteras que en sofás y sillones (¡!) sacados de sus casas, estaba merendando.... Mientras daban cuenta de la tarta helada, el Santísimo Sacramento pasaba a su lado. Otros, con mesa puesta en la calle, jugaban al dominó,  A la vez,  pasaba el palio con el Santísimo. En los semáforos se sorteaba el tráfico como se podía ¡hay un riesgo real de ser alguin atropellado! (¿Dónde la policía?)

Menos mal que algunas cofradías ha preparado preciosos altares para hacer las distintas estaciones, y la gente que acompañaba era muy devota. Otra cosa es que algunos mirones que hablaban a medio metro del paso del Santísimo, de esos que en las acerasno saben ni lo que estan mirando o contemplaban el paso de la procesión entretenidos comiendo pipas.

A me ha correspondido llevar un rato la custodia. Me acordaba de aquella escena final de “La misión”, en que el padre Gabriel, os sea, Jeremy Irons, portaba también la custodia acompañado de los indiecitos, manifestando con su gesto mudo y su grito silencioso, su protesta pacífica contra la injusticia, la violencia y el genocidio que en la película realizaban los portugueses y los españoles.

Ahora muchos de nosotros entendemos la Eucarsitia como un rito tedioso o como simplemente una inactiva presencia de Cristo olvidando que es el memorial de la pasion, es decir de la entrega y el sacrificio pòr los hombres. No hay Eucaristía sin entrega, sin grito solidario  y empeño de lucha por un mundo mejor.

¿Eran otros tiempos?

domingo, 17 de junio de 2012

Rodando "Historia de una casa"


El viernes pasado vinieron al templo el equipo de rodaje de una peliculita titulada (provisionalmente) “Historia de una casa”. Su directora, Susi Gozalvo, que ya ha realizado otro largometraje (“Zhao”), me pidió permiso para rodar dentro de la iglesia. Informado de las buenas inatenciones del rodaje, les di todas las facilidades.
La película versa sobre el tema de la destrucción del barrio de El Cabanyal. Ya sabéis, ese triste y lamentable proyecto que ha asolado y arruinado nuestro pueblo. La protagonista, Rosalía, que vivió su mejor infancia y juventud en sus calles, vaga ahora sin casa, solitaria y desolada, y vive en un solar…
Esta es la secuencia, de la que hicieron variantes, rodada en la Iglesia de los Ángeles.

SECUENCIA IGLESIA
Rosalía camina por el barrio. Llega a una Plaza. En una parte de la Plaza está la iglesia. Entra. Se arrodilla ante el confesionario de la iglesia. Carraspea. No se atreve a decir nada. Ha pasado mucho tiempo.  
Se escuchan unos pasos al fondo y aparece un sacerdote entre las bambalinas sagradas. Al ver a la mujer arrodillada en el confesionario entra en el habitáculo de madera antigua y abre la puerta de la rejilla para escuchar a la mujer.  Rosalía no habla. Se levanta lentamente sin dejar de mirar a la rejilla y se sienta en uno de los bancos de madera orientados hacia el altar. El sacerdote sale del confesionario y le dice: “Dios la escucha” y se va. 

¡Eso de las "bambalinas sagradas" me llega al alma! La verdad es que el guión no promete mucho, pero si Susi Gozalvo es una buena directora, podría hacer una buena película, aunque el guión sea flojo.. Asi sea.

viernes, 15 de junio de 2012

Lo último que he leído



Me he reído mucho desde el principio hasta el final, leyendo la última novela de Eduardo Mendoza “El enredo de la bolsa y la vida”. Anoche acabé su lectura. El libro se me ha hecho corto.

Siempre me ha gustado este informal escritor catalán que escribe en castellano y que tiene un gran domino sobre esta lengua. Su humor entre tierno y sarcástico y su forma de narrar, me recuerda al Cervantes de las “Novelas ejemplares”. Sus últimos libros en verdad no me habían convencido  tanto.

Este sí. “El  enredo de la bolsa y la vida” es una especie de narración esperpéntica donde resucita a un estrafalario detective, que ya apareció en sus primaras novelas, envuelto en una trama terrorista cuyo objetivo es el asesinato de la Sra. Merkel. Moviéndose en ambientes totalmente cutres y desbaratados, en una Barcelona en plena crisis actual, donde los comercios chinos sólo son los que perecen ir prósperos, el relato tiene momentos desternillantes de humor y otros de una gran perspicacia en la descripción de ambientes y situaciones. La recomiendo.

miércoles, 13 de junio de 2012

Un monasterio en Navalón



Cuatro barracones y una pequeña ermita: claustros, criptas, salas capitulares, son el puro monte. Tal es el monasterio que los/as “Hermanitos/as del Cordero” han construido en los montes de Navalón (cerca de Enguera) para vivir la experiencia de una nueva  forma de vida monástica.

Uno se asombre cómo estos escasos hombres y mujeres andan buscando a Dios; y  en el silencio y la contemplación, la sencillez y la humilde austeridad de la montaña lo están encontrando. Los que estamos en este mundo –ruido, consumo, dinero, ambiciones y toda suerte de impedimentos- no sabemos lo cerca que tenemos a Dios. Basta quererlo de verdad y nos toparíamos inmediatamente con él.

El viernes pasado, con unos compañeros sacerdotes, fuimos a visitarlos y tuvimos la dicha de compartir con ellos un poco del anticipado paraíso prometido que ellos disfrutan. Los pinos, las piedras, los matorrales, el romero, nos hablaban de espiritualidad. Con ellos celebramos la Eucaristía en una prodigiosa, bella y sentida ceremonia y luego mantuvimos en su “sala capitular” -sillas en corro bajo los pinos- un largo diálogo sobre su vida, sobre sus experiencias de monjes. Se trata sencillamente de seguir a Cristo, pobre y manso Cordero de Dios.