Estos
días me andan preguntando a raíz de nuestro cambio de Arzobispo que por qué se
ha hecho este cambio y quién lo ha decidido. Sin
duda ha sido el Papa Francisco quien ha decidido esta mudanza de arzobispos
pero, ¿quién es el que le ha informado de su conveniencia?
Es
que monseñor Osoro ya agotado físicamente, ¿ha pedido el relevo? ¿Es que su
programación o proyecto pastoral ya se ha terminado? ¿Es que ambicionaba
lugares más altos. ¿Es que los fieles de
la diócesis ya no le querían? ¿Es que no sabía conectar con éstos? ¡Es que
andaba enfrentado con muchos poderes eclesiásticos o políticos? ¿Es que estaba
aburrido?
Quienes
conocen a Don Carlos, y somos muchos, saben muy bien que estas preguntas además
de tener respuesta rotundamente negativa no tienen ni siquiera sentido aplicárselas
a él.
¿Por
qué entonces han cambiado de diócesis a Don Carlos Osoro, cuando él estaba
sumamente cómodo trabajando intensamente en la pastoral de la diócesis y sus
curas y feligreses estaban la mar de contentos, tranquilos e ilusionados de ser
conducidos por él como pastor?
La
respuesta puede ser compleja, pero uno sospecha que todo esto ha sido una maniobra
de conveniencia político-clerical, una artimaña de altos vuelos, para poder
solucionar la salida de algunos cargos de la alta jerarquía y dar contento algunos que ejercen el poder
político.
Como
digo todo esto es hacer cábalas, porque los secretos de la alta diplomacia
vaticana son muchas veces inescrutables a pesar de que estos a veces sean
burlados en el Vatileaks.
Una
vez más el pueblo fiel que es la iglesia de base, sufre las consecuencias de
una negación de la corresponsabilidad de toda la Iglesia en su gobierno. Porque
aún siendo claro que es el Papa quien elige a los obispos, el pueblo fiel
incardinado en las diócesis que tiene que recibir a esos obispos también
debería estar considerado y escuchado en su opinión. Aquí parece tomarse muy en
serio la imagen del rebaño y del pastor.
Hola, José Luis.
ResponderEliminarYo soy de los afortunados en el reparto: vivo en la diócesis de Madrid. Me da pena que se vaya Rouco, pero seguro que los tiempos que nos vienen van a ser buenos.
De monseñor Cañizares no tengo mucha opinión: algún amigo mío es de Toledo y estaban contentos con él.
Un saludo.
En realidad los cambios de Obispos afectan menos a los fieles que el cambio de Parrocos que wueda mas cercano. Efectivamente los cambios de Obispos responden a altos intereses. Pero no creo que haya que hacer una pelicula de buenos y menos buenos. Me consta que ha nadie le obligan. Si que es cierto que en las artimañas del poder. Obispos y sacerdotes son especialistas. No asi el pueblo fiel que sufre las consecuencias de pecados ajenos.
ResponderEliminarRafa, estoy totalmente de acuerdo contigo. Al final quien siempre sale perdiendo es el pueblo de Dios.
Eliminar