Supongo que anoche no sería yo el único que no vio el debate de las elecciones
generales. Al principio estuve zapeando y sintonicé el anunciado programa de
debate de dos señores que a mi no me representan. Aunque fue sólo un minuto y
con lo que vi, tuve más que suficiente: alrededor de una mesa que me parecía de
camilla vi a un señor crispado y con el
ceño fruncido y a otro con pose de don Tancredo y cierta suficiencia. Así que inmediatamente
cambié de canal y me puse a ver un rato a una jovencísima Lola Flores que
cantaba y bailaba la en la película "Embrujo" de 1947 y que estaba
emitiendo la2. (Por cierto, un ciclo de cine español completísimo y magnífico).
Después, pensándolo mejor para tener una buena velada, me puse en el
DVD la bellísima ópera “Norma" de
Bellini. Qué maravilla, qué belleza. Incluso después tuve tiempo de leer, antes
de dormir, varios capítulos de la novela de Paul Auster "Brooklyn follies”.
Fue una buena velada.
Esta mañana, por la prensa, ya me he informado de lo que fue el debate:
hostilidades e insultos, cosa que suelen hacer los políticos desesperados. Que
con su pan se lo coman. Yo no pienso hacerles el juego y creo que soy un hombre
muy politizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario