Estoy pasmado ante lo de Egipto. Pese a que respiro hondo porque mi viaje no coincidió con tan tremendo follón, no me lo puedo quitar de la cabeza y sigo al minuto lo que está pasando a través de cadena de noticias Euronews.
Tan pasmado, que una serie de impresiones que quería comunicaros sobre este viaje, no me las atrevo a comunicar. Estoy como bloqueado. Sólo suenan en mis oídos las palabras que me dirigían los vendedores de suvenires para llamar tu atención: Habibi, habibi! (“¡amigo, amigo!”) Espero que los acontecimientos liberen a este pueblo regido treinta años por un tirano, generando una tremenda pobreza en un país que podría ser rico.
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