Con motivo del hurto que hubo en la parroquia, el lunes
pasado recibí una llamad telefónica del secretario de D. Carlos Osoro, arzobispo
de Valencia, que me dijo, después de habernos saludado:
- José Luis, no te retires del teléfono que
quiere D. Carlos hablar contigo.
A primer golpe mi reacción fue de sorpresa. Inmediatamente después
el Sr. Arzobispo hablaba conmigo y me preguntaba en primer lugar cómo me encontraba
y luego se interesó por lo que había ocurrido con el robo en la iglesia, le expliqué
todo y nuestra conversación acabó después de recibir su apoyo y amistad.
Es un gesto admirable y que él repite constantemente con sus
curas cuando estos tienen algún problema. Lo cual es lo más natural y lógico
que debe ocurrir: él es, en el fondo, el párroco de los sacerdotes, así como
nosotros lo somos de los feligreses. Desde aquí mi agradecimiento a D. Carlos
que es una persona cada vez más cercana y familiar a todos. Que Dios lo bendiga
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