Con algo de retraso, (mi tiempo ahora anda dedicado a empaquetar
trastos y meter en cajas mis libros y películas para la próxima mudanza), el lunes
pasado me despedí de la parroquia. En
medio de mucha gente que me quiere, y junto a la Virgen de los Dolores que me
quiere aun mucho más.
Estas fueron (perdón porque son algo largas) mis palabras de despedida.
“… A veces,
despedirse es más bien dar gracias
porque detrás de ti has dejado
a un montón de gente que te
ha ayudado tanto y te ha querido…
Yo hoy me despido como vuestro cura párroco. Durante más de doce años he estado viviendo con vosotros y compartiendo vuestras penas y
vuestras alegrías. El único modo de hacer consciente esto que os
digo, es agradeciéndoos a todos el
mucho bien que me habéis hecho.
No puedo ser exhaustivo, y sin duda me voy a
olvidar de tanta gente…
Yo agradezco a todos los niños que he bautizado, a los que después he ido dando la Primera Comunión, a sus padres y familiares, por la
alegría de compartir esos
días tan hermosos.
Yo agradezco a las parejas de novios que he
preparado y a los que he casado, incluso a los mayores a los que he celebrado
sus bodas de plata u oro por esa ilusión compartida, ese amor que han celebrado
También, por qué no, agradecer a
las familias que yo he acompañado en la celebración del entierro de sus familiares, por la
esperanza en el futuro de la vida eterna que he compartido con ellos.
Agradezco también a tantos y tantas personas que a lo largo de estos años me han dicho una palabra de cariño, de aliento de esperanza, que han
comentado que mis palabras en los sermones les han llegado al corazón. En fin, a todos a los que yo, con la fuerza de Dios, les he
podido ayudar a estar cerca de él.
Agradezco a todas las asociaciones, grupos,
cofradías- incluso de
fuera de la parroquia: junta mayor, etcétera, el camino que he hecho con ellas para seguir adelante, para
encontrarnos todos con el buen Jesús.
Agradezco también a tantos y tantos miembros de la parroquia que con su esfuerzo
concreto, me han ayudado a la gestión de ésta: limpieza del
templo, encargados del despacho parroquial, del archivo, del mantenimiento de
la parroquia, de tantos anónimos
colaboradores.
Agradezco, cómo no, y muy grandemente a los sacerdotes del Arciprestazgo así como también a los que como coadjutores o adscritos que han tenido también una responsabilidad en esta parroquia:
Paco Domenech, Salvador Pastor, Francisco Juliá, el padre Domenech, Honori Pascual, y a los seminaristas.
Y finalmente agradezco muy en especial la
ayuda y colaboración de dos personas,
ambas seglares, que han hecho posible en muchos momentos la realización de las actividades de muchos actos de
esta parroquia.
En primer lugar, he de agradecer a Miguel
Prima los esfuerzos que desde hace muchísimos años ha dedicado a
esta parroquia. Todavía ahora, ya
retirado por los achaques de la edad, sigue ayudándonos y preocupándose por esta porción del pueblo de Dios es la parroquia de
Los Ángeles. ¡Todos le debemos tanto!
Y por último a nuestro querido sacristán Enrique: pieza indispensable para que funcione el engranaje
cotidiano y también extraordinario de
la parroquia de Los Ángeles en su culto
diario y especial en los tiempos fuertes de la Navidad, de la Semana Santa. Mi
despedida de Los Ángeles es un
reconocimiento sumamente agradecido a estas dos personas.
Y ahora me voy; pero no es a un viaje muy largo. Estoy muy
cerca de vosotros en el corazón y en la
distancia. No me voy a Finlandia ni a Manila,
sino a la calle San Jacinto de Valencia, a la parroquia de San Antonio de Padua.
Allí tenéis otra nueva parroquia que es la vuestra.
Y allí me tendréis: un amigo y un sacerdote a vuestra disposición.
Adiós, pues, queridos amigos. Os voy a echar de menos, ahora empiezo
una nueva etapa más tranquila en mi vida. Habrá algunos días, la fiesta de la Virgen de los Ángeles, el día del Cristo, como
no, la Semana Santa, en que os extrañaré mucho. Pero hemos de permanecer juntos y con el corazón fuerte y bien alto. Arriba los corazones .
Gracias a todos, muchas gracias.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario