Pese a gustarme tanto el cine
dirigido por el norteamericano Clint Eastwood, el más clásico de los directores
de cine de hoy, confieso que tuve una cierta pereza para acercarme a ver su
última película: "El francotirador". Les diré por qué: ¿quién no anda
hastiado de ver diariamente en los noticiarios de televisión las terribles escenas
de guerra que última y prácticamente se transmiten casi en directo?
Degollaciones, cadáveres de niños en hilera, cuerpos despanzurraos y miembros sanguinolentos esparcidos en las
calles, muertos que se pudren en las cunetas. Hay que tener mucho estómago para
soportarlo. Pues todo eso nos muestra esta película.
Para colmo, uno de los causantes de
tales desdichas, en la película es enaltecido a los altares del heroísmo, sin
importar aquí el bando al que se pertenece. Asistimos pues en la pantalla a una
justificación, si no sacralización de la violencia. Naturalmente, en el filme
de Eastwood el protagonista , es el bueno, el que tiene todas “las razones”
para apretar el gatillo. “El francotirador” está basada en
las memorias de un soldado, tirador de elite, que mató a más de ciento sesenta
enemigos en la guerra de Irak. Se le consideró héroe nacional y murió a
consecuencia hace ahora dos años de un disparo de un soldado veterano de
guerra.
Aparece, aquí y además, uno de los dilemas de la crítica
cinematográfica: cómo ensalzar una película que está francamente muy bien
realizada (algunos defectos se encuentra, de ellos después hablaremos) pero que
esconde un discurso ultraconservador, "facha", y encima deshonesto, que intenta justificar lo injustificable.
"Familia, patria, religión," son la trinidad de creencias que este
hombre el protagonista tiene, aunque la religión solamente sea llevar encima
una biblia y la familia estar con ella en los permisos que le da el ejército.
El filme toma también acta del desgaste de las perturbaciones psicológicas que
los soldados sufren al contacto con tanta violenta crueldad."La guerra es necesaria, la guerra es
la guerra" parece decirse al presentarnos tan desolador panorama. Sí,
como también la necesidad de que no se corten los suministros de petróleo, se
podría más cínicamente añadir. ¡Qué lejos de aquellas otras peliculas que se hicieron sobre la guerra del Vietnam, como por ejemplo, "El cazador"!
Tiene mucha razón, asquea tanta violencia. Hay mucho bueno que ofrecer, para que solo veamos la parte negativa de la realidad del mundo.
ResponderEliminarTiene mucha razón, asquea tanta violencia. Hay mucho bueno que ofrecer, para que solo veamos la parte negativa de la realidad del mundo.
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