Ahí es nada: ayer, 400 inmigrantes muertos en el estrecho de Sicilia. No es cifra insignificante que ocultarse pueda.
Mañana, la macabra contabilidad de seguirá
funcionando ante la indiferencia de Europa. La más tremenda impotencia se ceba
en cada uno de nosotros porque no podemos mínimamente remediar esta angustiosa
sangría de gentes inocentes que parecen
preferir morir ahogados a perecer de hambre dentro de sus propios países de
origen.
Mientras los europeos nos alarmamos hasta el
infinito cuando hay un atentado terrorista dentro de nuestras fronteras y
ocurre un accidente de avión entre sus montañas estos otros atentados contra la
humanidad ya no nos provocan ni un sobresalto.
“Europa redescubre tu alma buena" - nos dice el Papa Francisco-, para "favorecer las políticas y de empleo" y, sobre todo, para "volver a darle dignidad al mismo". El Pontífice cree que "ha llegado la hora de construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía", pues, ahora, percibe una UE con "estilos de vista un tanto egoístas, caracterizados por una opulencia insostenible y a menudo indiferente respecto al mundo circundante y, sobre todo, a los más pobres".
No hay comentarios:
Publicar un comentario