Hoy 1 de abril, Miércoles Santo, hemos tenido los sacerdotes de
Valencia una gran reunión con nuestro Arzobispo. Junto a él hemos celebrado la
llamada Misa Crismal que motivos pastorales se ha adelanta siempre en Valencia
un día.
Más de quinientos curas hemos además renovado nuestros votos
sacerdotales. en la Catedral. Mejor dicho promesas: los curas no hacemos votos
como los religiosos y frailes. Es siempre una momento en la ceremonia muy
emotivo, adelantándonos ya al día de nuestra conmemoración sacerdotal que es el
Jueves Santo.
La ceremonia no ha sido muy larga como otros años con los anteriores Arzobispos
los años fue, seguramente porque a éste no le gusta improvisar muchas moniciones
nuevas. Lee secamente el texto del ritual tal como está y no añade ni una coma
de su cosecha. Queda algo seco. Como “ex ministro" de liturgia y sagrado
rúbricas del Vaticano, no se sale absolutamente nunca del guión.
Tampoco en la homilía el arzobispo Cardenal Cañizares se ha pasado
mucho (unos 16’) Pero en verdad yo no me he enterado de nada: la megafonía de
la catedral funcionaba fatal y además el cardenal tampoco era un prodigio en la
pronunciación: las palabras se le amontonaban al pronunciarlas muy llanamente,
las sílabas se le juntaban y las consonantes se atropellaban, confundiéndose. ¡También
a los curas nos hace falta aprender prosodia para poder hacer bien los
sermones!
Al acabar la Misa, muchos
sacerdotes han recogido una porción del Santo Crisma y óleos para utilizarlos
(bautizos, confirmaciones, unciones de enfermos) a lo largo del año en sus
parroquias. Luego, los que ha querido, han tomado un vino de honor en una Residencia
Sacerdotal próxima.
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