Esta noche es la Noche de San Juan, la llamada noche mágica.
Desde siempre y sobre todo, fomentada por la literatura (en el Romancero
Español, Shakespeare con su “Sueño de una noche de verano” hay muchas referencias a esta noche que se celebra casi como un
retorno al paganismo. Desde siempre, la astronomía ha estado unida a lo
religioso, y las distintas creencias han ido bautizando el mismo sentimiento de
admiración que el hombre más primitivo sentía hacia la noche más corta del año,
adorando el sol victorioso del solsticio de verano. El cristianismo lo consagró
con la festividad del nacimiento de Juan Bautista, el precursor del Sol Invencible
que es Cristo.
Ahora en las playas de Valencia una multitud lo anda
celebrando con las hogueras encendidas en la arena. Cenar juntos, saltar la hoguera, mojarse en
el mar y beber, beber mucho… es una forma de celebrarlo. Mañana amanecerá el
sol, con la playa llena de cenizas y restos de hogueras, vómitos y plásticos, botellas
y toda suerte de basura. Una fiesta más.
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