Supongo que esta es una de las muchas experiencias repetidas en la gente que acaba de jubilarse y vive sus primeros días como en una especie de libertad extraña donde por un lado la alegría y la ilusión de estrenar días nuevos se junta también con el temor de perderse en un tiempo de vagancia, de ocio inútil y de descanso mal programado.. También percibes que aquellos hábitos que tenías en el atrás de tu vida laboral se van a ir poco a poco diluyendo y te preocupa en qué vas a ocupar esas horas libres. Qué las horas de las que ahora dispones se pueden "diluir como lágrimas en la lluvia". Bien sé que yo tengo muchas aficiones: leer, escuchar música, ver cine, escribir artículos, perderme en el bosque de la poesía y refugiarme bajo el paraguas de la cultura. ¡Pero habrá tiempo para todo?