
Francisco de Sales redactaba pequeños artículos que distribuía a escondidas por las casas de los calvinistas ginebrinos ¡y los convertía al catolicismo! Aunque se dice que era más bien el testimonio de un carácter paciente, dulce y lleno de buen humor, el que hacía acercarse a los severos protestantes a la fe católica. ¡Uy, si también aprendiéramos los católicos hacer también eso y no a torcer el gesto porque una politica casada por lo civil vaya a pronunciar un discurso folclórico-cultural como es un pregón de Semana Santa!
¡Felicidades periodistas!, aunque algunos seáis el colmo de la incredulidad, pareceos en algo a Francisco de Sales!
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