Mi amigo Jesús Basilio me envía por correo unas fotos que hizo estos días
pasados cuando estábamos juntos en Benasque. Se las pedí porque yo no pude
hacerlas. Mis pies ya no están para patear cimas. En una de las fotos podéis descubrir
en el segundo plano el gran macizo de la Maladeta, corazón del Pirineo, donde,
con sus glaciares de perpetuas nieves (ahora cada vez menos perpetuas) descuellan
los grandes picos como el Aneto (es el más alto, 3404 m) pero nada inaccesible.
Todas las mañanas, si el tiempo acompaña, lo asaltan auténticas romerías de montañeros
y excursionistas.
En el primer plano de la fotografía que me ha mandado mi amigo hay unas
“flores de nieve” o también llamadas Edelweiss. Son plantas que crecen a una
determinada altura en la alta montaña, suele estar en
las praderas que forman los valles altos y en
los lugares cercanos a la cima de los picos.Son muy hermosas
y nacen al final de la primavera en las laderas en que la nieve aún perdura. El efecto visual de ver
salir estas flores entre la blanca nieve es maravilloso. Es una especie
protegida, porque si no, los montañeros depredadores y rapaces excursionistas
las extinguirían.
Rincones
más apartados de la montaña pirenaica (cada vez quedan menos) son muy abundantes.Yo
he visto en Suiza arriates y jardineras llenas de edelweiss que naturalmente
son cultivadas. Como soy tan cinematográfico cada vez que veo estas bellas
flores de nieve canto
"Edelweiss, Edelweiss, linda flor de las nieves” la canción de la película “Sonrisas y lágrimas”
(“The sound of music”)
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