MIS NOCHES
Porque llega la noche
y después de la tarde de oro
la casa se va oscureciendo.
El silencio como un agua callada
inunda cada rincón.
Los relojes, cansados, borran las horas
y la mascota, aburrida, duerme ya,
arrinconada en la noche.
Las estrellas y las luciérnagas
lentamente se apagan
y las sombras perdidas
se encuentran con la misma tristeza
como se apagan las luces
de un tiovivo en la feria…
Y luego viene la zozobra
como un nudo en la garganta.
Rodeado de rutinas
y escrutinio de tus horas vividas,
“…in manus tuas…”
No sé si queda más luz.
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