Está claro que sólo el que ve las cosas con amor escruta con
su mirada lo que otros no son capaces de ver. Eso es lo que hace José Ramón
Costa i Sarió, amigo del alma, compañero y poeta en las sencillas publicaciones
que va editando, repasando los grandes amores de su vida: Ausias March y
los pueblecitos de los que él se encarga
en la cura de almas.
Este sencillo opúsculo que me envía lo corrobora: ”Mirades distingudes sota el sol d’un encant.
Almiserà”. En él se relata acontecimientos
de la historia de este encantador pueblo, datos geográficos, sociales y parroquiales
de este pueblo de La Costera.
Pero lo que a mí más me ha gustado es el ramillete de poemas
que este sacerdote poeta lleno de sensibilidad escribe contemplando los
distintos sitios y lugares del pueblo. El castillo y la plaza, el lavadero y
las eras. Sólo el afecto encendido, el amor a lo sencillo pueden encender el
fuego de la inspiración de estos limpios versos que saben captar la inmensa luz
que encierran los lugares y las cosas más cotidianas:
“L’aigua cau en la bassa
amb soroll rítmic y suau
Iens recorda el àrabs
amb el seus jocs
d’aigua".
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