Se llaman Pepe y Ricardo, aunque todos aquí los conocemos
por Pep Martorell y el tío Ricardo “el Sordo”. Son dos amigos de cuya amistad
estoy muy orgulloso, que aman de verdad y desde siempre estos antiguos pueblos
bañados por el mar, tragados por la burocracia municipal con el feo nombre de Distrito
Marítimo, pero cuyos entrañables nombres de siempre, antiguos y asolerados son El Grau, El Canyameral y El Cabanyal.
El tío Ricardo es ya muy mayor y es sin duda uno de los que más
saben de estos Poblados Marítimos, de su vida , de sus costumbres. Ha vivido de todo
(a veces momentos de gran angustia que ha superado con su firmeza humana y su
fe religiosa) y desde que nació lleva en su corazón un inmenso amor a la Semana
Santa Marinera, una intensa devoción la “Mare
de Déu”, un cariño especial por todos sus vecinos.
Pep Martorell, es más joven, tiene una gran cultura, muchas
inquietudes intelectuales, un espíritu ecuánime, además de un trato de
caballero. Está ahora aprovechando el descanso
que le da sus primeros años de jubilación, para hacer una las cosas que más le gustan: investigar en la
historia de su pueblo, que profundamente ama, dar a conocer sus tradiciones y hechos
para que no se olviden. Yo tuve el honor
de colaborar con él, siendo Prior de la Semana Santa cuando él era Presidente
de la Junta Mayor. Hicimos algunas cosas importantes juntos.
Ahora, El tío Ricardo, el sordo y Pep Martorell han hablado
-escrito en comandita un libro (“Passejant
el Marítim”) que promete hacer las delicias
de todos los que, como yo, nos hemos enamorado de El Cabanyal y sus otros sitios. Es una especie de conversación entre
ambos dos mientras pasean por las calles donde ellos jugaban y han vivido. El lunes
lo presentan en el Ateneo Marítimo de la calle de la Reina. Allí estaré.
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