Las lecturas
de este domingo proclaman que Dios es amor y que Jesús nos pide que nos amemos
como Dios nos ama. La sociedad en la que hoy vivimos es muchas veces un mal
ejemplo de amor. Solidaridad y servicio, otra forma de amar de Cristo parecen ausentes. La debacle económica
que ha provocado tal crisis se ha quedado con nosotros, convirtiéndonos en mas egoístas,
mas monopolizadores de de nuestros privilegios. A ultranza, defendemos nuestra posición
y estatus, aunque para ellos tenga n que caer más abajo que los demás. Así que cada vez más aforados,
más privilegiados contra -en progresión geométrica- más pobres y más
necesitados.
También hay
un signo de esperanza. Gente hay también que, ante tal penuria y necesidad, ha
respondido con su generosidad. Muchos se ha movilizado. A las parroquias y a Cáritas llegan muchas
necesidades pero también acuden muchos a
ofrecer su ayuda y donaciones.
Y es que el
amor que nos Cristo y se instala en nuestros corazones y se expande a nuestro alrededor. ¡La alegría de Dios es expansiva!
No hay comentarios:
Publicar un comentario