Motos ruidosas y toda suerte de artilugios con ruedas corren
sin cortapisas por las laderas de la montaña, destrozando caminos y senderos y
alterando con su ruido la paz y el sonido natural de la montaña.
Hasta los ciclistas en la práctica del “mountain bike” están
deteriorando gravemente los senderos más
humildes: las ruedas “dentadas” de goma muerden los caminos y abren surcos que
la erosión de la lluvia agranda y hace impracticable el poder caminar por ellos.
No se trata de prohibir desde arriba, se trata de educar en
el respeto a la naturaleza y también de ordenar con sentido común su uso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario