El
viernes pasado el señor Arzobispo de Valencia, Carlos Osoro Sierra, pronunció el
solemne Pregón de la Semana Santa Marinera de 2013. Despertó una gran
expectación en el templo de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de la
que soy el párroco.
El discurso del Arzobispo estaba
muy bien preparado y lo pronunció esmeradamente (y eso que estaba pasando un “gripazo”
de aúpa, que se le notaba aun en la voz) , intercalando en muchos
momentos párrafos en valenciano. Estuvo centrado en lo estrictamente
religioso, que es como debe ser celebrado cualquier evento de la Semana Santa en
toda comunidad cristiana.
Tal vez por ello a mucha gente le
decepcionó pues está acostumbrada a los pregones con florituras: ensalzando las tradiciones y
raíces de los Poblados Marítimos, el aspecto tradicional de las costumbres y
oficios de este pueblo marinero, que si el mar y la playa y la brisa marina y
las barquitos de pescadores. Que si la "titaina" y la gastronomía de
cuaresma. Eso está bien que lo pregone otro tipo de oradores pero el arzobispo
creo que hizo el pregón que debía y que también sabe (y muy bien) hacer.
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