jueves, 7 de enero de 2016

Un año despues de Charlie Hebdo y su tragedia



¡Hoy hace un año que ocurrieron los atentados terroristas contra la revista Charlie Hebdo. Qué pena de vidas absolutamente rotas, que espanto el corazón lleno de odio de los asesinos! ¡Han ocurrido después muchísimas más cosas tan terribles...!

En el aniversario del terrible suceso, la revista Charlie Hebdo publica provocativamente de nuevo una caricatura de un dios ensangrentado, con una metralleta a la espalda. Enseguida se puede identificar, pese a ser un dibujo cómico, al modo cómo el cristianismo lo ha representado muchas veces: un dios abuelito, de barbas y pelo blanco y  rizado y con el triangulito y el ojo que todo lo ve como aureola, ¡Es el dios de los cristianos! Nada recuerda a Alá o a Mahoma su profeta, o, a los dioses de otras religiones. Imaginamos el motivo. El Vaticano ha comentado que es una caricatura penosa.

Ris, su autor, y que es el director actual de la revista satírica (que por cierto está en crisis: podrida de millones, se muere de éxito) afirma que con este dibujo sigue denunciando a las religiones que son causa de los fundamentalismos que provocan el terror. (Parece ser que el cristianismo occidental es terrorífico.) Otra vez, tomar el todo por una parte, quiere destruir todo el cuerpo entero en vez de curar al miembro enfermo de este.

Pero hay también otro modo de no sentirse provocado: a fin de cuentas Dios es invisible, "a Dios nadie lo ha visto" dice San Juan y la imagen de Dios de barbas blancas y triangulito divino por aureola es incluso, tomándola en serio, otra tonta caricatura. Esa no es la imagen que nos transmitió Jesús de Nazareth.
De todas las maneras, es lamentable pensar que ciertos discursos y reflexiones críticos sobre Dios y la religión, tengan que  herir  o molestar  más o menos profundamente la sensibilidad de los creyentes.

1 comentario:

  1. Si los terroristas obrasen movidos por el odio -una pasión- y no por una ideología -como la de los que pintan en Charlie Hebdo- tendrían su gracia. Pero resulta que los terroristas y los de Charlie Hebdo, si les preguntas, te dirán que no, que no los mueve el odio, que hacen lo que hacen por motivos perfectamente razonables. Si fueran capaces de odiar les quedaría alguna capacidad de compasión y hasta tendrían gracia. En eso los que pintan en Charlie Hebdo son como los terroristas: razonan sin gracia y tienen muy mal humor y viven de hacer daño.

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