domingo, 29 de noviembre de 2015

Orozo, otro gran poeta que se nos va


En esta tarde de domingo, hojeo un libro de poemas de Carlos Orozo. Bello entretenimiento pero mal asunto, porque muchas veces, ante el final de sus vidas mi homenaje a los poetas que se mueren es releer algunos de sus versos. ¿No seré del club de los poetas muertos? Como así ocurre en esta tarde fría en que el invierno parece adelantarse. El gran poeta de Vigo y  no muy conocido Carlos Orozo, falleció,  unos días ha, a los 93 años. Las palabras que vienen son de una reseña periodística aparecida en “El Faro de Vigo”.


“El poeta de la luz. De la naturaleza. De la mujer. De lo invisible. Puro. Soñador. El que renunció al mundo para disfrutar de la vida. La pasión poética. El hombre que transita por los márgenes para no extraviarse del centro. Concéntrico y excéntrico. El uno y la otredad. El raro. El maldito. Un resistente. La piedra en el zapato del sistema. El que ama al hombre pero abomina de sus máscaras. Romántico. El poeta sin bandera, patria ni fronteras. Universal. Libre. Juglar anhelante. Poeta doliente. Poeta dichoso. El cantor inocente. Sinfónico. El que ve más allá porque se detiene en lo más cercano. El caminante que sale al encuentro y encuentra porque jamás busca. El que sueña con ninfas y se alimenta de versos. Circular. Extático. Solar. Es Carlos Oroza. EL POETA.”

viernes, 20 de noviembre de 2015

¿Pagar un Misa?

 Leo que el Papa Francisco se ha quejado de que algunos curas en sus parroquias pongan precio a los sacramentos y servicios religiosos que transforman a éstos como si fueran un producto más a vender .

La iglesia no ha puesto nunca precio a los sacramentos. Éstos, por ser un regalo de Dios,no pueden tener ningún precio. Pero la iglesia sí que pide colaboración económica (que puede ser voluntaria, para el mantenimiento de los edificios, gastos que se originan al cuidarlos y también para la sustentación de sus sacerdotes).


Cuánto vale una misa?, pregunta aquel que la he encargado:y el sacerdote debería contestar: usted no puede pagarla porque su valor es infinito. Sólo puede hacer una aportación simbólica económica para indicar que con la colaboración de su dinero, sale al encuentro del gran milagro que es la aportación de Dios en su vida, a través de los sacramentos.

 El papá parece criticar a aquellos párrocos que para ayudar económicamente a la parroquia ponen precios establecidos a los sacramentos: el en el fondo sería como comerciar con ellos.  Otra cosa es que los cristianos deben recordar que tienen que colaborar con el sostenimiento de su iglesia, como lo hacen las otras iglesias no católicas.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Esto se llama misericordia


Antoine Leiris, periodista, perdió a su mujer en los atentados. Fue asesinada por los terroristas en la sala Bataclan. Antoine ha escrito una emotiva carta en Facebook, que se ha hecho viral.

"El viernes me robastéis la vida de una persona excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hijo. Pero no tendréis mi odio. No se quiénes sois y no quiero saberlo, sois almas muertas.  No os haré ese regalo de odiaros. No responderé con odio y cólera.  No tendré miedo,  no dudaré de mis conciudadanos,  no sacrificare mi libertad por la seguridad.  Habéis perdido.
La he visto esta mañana, por fin, después de noches de espera. Estaba tan guapa como cuando se fue, el viernes, tan bella como cuando me enamoré perdidamente de ella, hace más de 12 años. 
Por supuesto que estoy devastado por el dolor.  Os concedo esa pequeña victoria,  pero dudará poco.  Se que ella nos acompañará todos los días y que nos encontraremos en el paraíso de las almas libres al que nunca podréis acceder. 
Somos dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del mundo. Ya no tengo más tiempo para vosotros, tengo que despertar a Melville de su siesta. Sólo tiene 17 meses. Va a merendar, como todos los días, después jugaremos como todos los días y toda su vida este niño luchará para ser feliz y libre. 

Tampoco tendréis su odio".

lunes, 16 de noviembre de 2015

El cumple-decadas de mi amigo Jesús Quinzá


No todo van a ser penas y alegrías en estos días aciagos que andamos conmovidos por los hechos terribles sucedidos en París. También hay momentos de gozo y esperanza, de risas y parabienes, como los que tuvimos el sábado pasado al celebrar la fiesta del 60 cumpleaños de mi amigo Jesús Quinzá.

Nos juntamos un montón de amigos a su alrededor para celebrar su cumpledécadas  y recordar todos cómo "pasa la vida..., tan callando". Es verdad que sesenta tacos no es edad muy juvenil, pero tampoco es para dolerse: es la edad mejor para disfrutar de la vida pasada, y saborear la presente (¡siempre que uno se cuide!).

Así que aquí me lo tenéis, honrando mi compañía,  convertido en un auténtico punki (que él es algo antisistema,  como si fuera un “Leningrad’s cowboy" de la película de Kaurismaki) y con ganas renovadas de hollar nuevas cumbres, y descender hasta profundos valles, que  es su pasión.


Gracias por tu amistad, Jesús, y "Ad multos annos!".

Sobre los terribles sucesos de París.


"Los emigrantes no vienen a quitarnos lo nuestro sino a recuperar lo que es suyo"
José I. Glez. Faus: "Esos monstruos del 13N ¿no habrán sido producidos por el sueño de nuestra razón económica?"
"Habrá que hacer justicia, por supuesto. Pero sin que llamemos justicia al placer de hacer
daño"
Escribo estas reflexiones sobre todo para mí mismo: por necesidad de serenarme ante la barbarie del
atentado del viernes en París. Temo que muchos no las acepten. Pediría que intenten reflexionarlas antes
de condenarlas.
1.- Hay al menos una cosa en la que todos estaremos de acuerdo: los autores de semejante salvajada
son unos verdaderos monstruos. Agrava esta constatación el que no se trata de seis o siete monstruos
excepcionales sino de decenas o centenas de miles; y sin duda más monstruosos los organizadores que los
pobres ejecutores.
2.- Pero no es eso todo lo que cabe decir: porque todos los seres humanos somos capaces de lo peor
y de lo mejor: podemos llegar a ser santos pero también podemos llegar a ser monstruos. Y entonces, queda
la pregunta: ¿cómo estos muchachos han podido llegar a semejantes niveles de inhumanidad? Al
intentar comprenderlo me encuentro con los siguientes datos:
3.- El profeta Isaías dejó escrito que "la paz es fruto de la justicia". Parece lógico entonces que el fruto
de un mundo tan injusto como el nuestro y donde las diferencias entre los seres humanos son escalofriantes,
haya de ser, necesariamente, la guerra y la violencia.
4.- Todo ser humano muerto antes de tiempo violentamente, es una tragedia que debe ser llorada.
Y no cabe establecer aquí unos muertos de primera clase (que son los nuestros), y otros muertos sin importanciaque no merecen ni un día de luto.
5.- Hablando de monstruos, recuerdo un célebre cuadro de Goya: "el sueño de la razón produce monstruos".
Esos monstruos del 13N ¿no habrán sido producidos, en parte al menos, por el sueño de
nuestra razón económica? ¿Por esa razón del máximo beneficio, del mínimo salario, de nuestra monstruosa
"reforma" laboral, de las jubilaciones de 3 millones para los banqueros, del saqueo del tercer mundo,
del lujo, el despilfarro y la ostentación como motores de la economía, del acaparamiento del petróleo y del
armamento cada vez mayor, para defensa de ese todo desorden?... ¿Son esos en realidad nuestros verdaderos
valores, o los otros a los que apelamos para justificarnos? No cabe olvidar que, en la historia, cuando
las cosas se han torcido y no se enderezan a tiempo, acaban llevando a situaciones insolubles, o cuya
solución sólo puede venir de un cambio radical de rumbo que sólo puede hacerse poco a poco y a largo
plazo.
6.- Según la moral cristiana, todo lo que una persona tiene de más, una vez ha cubierto suficiente y
dignamente sus necesidades, deja de pertenecerle y pasa a ser de quienes lo necesitan. La propiedad privada
no es un derecho absoluto sino un derecho secundario que sólo vale en la medida en que sirva para
realizar "el destino común de los bienes de la tierra" que es el verdadero derecho primario (ver p. e. Populorum
progressio n. 22). De acuerdo con esto, muchos emigrantes a quienes rechazamos de mil maneras,
no vienen a quitarnos lo nuestro sino a recuperar lo que es suyo. ¿No sería entonces más seguro,
en vez de cerrar nuestras fronteras, poner fronteras a nuestra avaricia?
7.- Ignacio Ellacuría hablaba con insistencia de "una civilización de la sobriedad compartida"
como única salida para nuestro mundo (él lo formulaba aún más duramente: una civilización "de la pobreza").
El ensueño de un crecimiento constante de la riqueza está destrozando el planeta: en estos momentos
destruimos anualmente casi un 50% más de lo que la tierra puede reponer. Por eso, además de las
medidas urgentes que haya que tomar ahora (de investigación y protección) ¿no parece imprescindible encaminarnos
a largo plazo hacia esa nueva civilización? No creo que ningún cristiano que se oponga a ese
proyecto de Ellacuría pueda merecer con verdad el nombre de cristiano.
8.- Ese "desorden establecido" (E. Mounier) o ese "pecado estructural" de nuestro mundo desarrollado,
del que nosotros disfrutamos y que otros padecen ¿no será uno de los progenitores de ésos y otros monstruos?
Porque cuando el odio se junta con la religión, ésta se corrompe, el odio se potencia y se acaba
cumpliendo el sabio refrán latino: "la corrupción de lo óptimo es lo pésimo". Por eso, dado lo infinitamente
manipulable que es el nombre de Dios, es necesario recuperar lo que escribió antaño José A. Marina: la
ética nace de las religiones, pero luego ésta debe criticar a la madre: para evitar que algo tan valioso como
la fidelidad se confunda con algo tan monstruoso como el fanatismo.
9.- Todo esto debería ayudarnos a no reaccionar con odio, para no entrar en aquella espiral de violencia
que tanto temía Helder Camara. Habrá que hacer justicia, por supuesto. Pero sin que llamemos justicia
al placer de hacer daño: porque entonces estaríamos poniéndonos al mismo nivel humano que esos monstruos
10.- Afirman algunos sociólogos que hoy estamos ya, en "la tercera guerra mundial". Sólo que
hoy las guerras se hacen de otra manera, para evitarnos bajar a pelear al campo de batalla. Por eso puede
ser bueno concluir recordando que la humanidad ha salido de catástrofes y calamidades aún peores que la
que nos amenaza hoy. El pueblo judío, tras el desastre del exilio, donde se sintieron abandonados por Dios,
pudo regresar, reconstruir el Templo y preservar su monoteísmo. En el siglo pasado, tras la atrocidad del
holocausto y la segunda guerra mundial, la humanidad vivió, según muchos economistas, una pequeña edad
de oro. No siempre es posible hacerlo todo, pero siempre es posible hacer algo. Y ese algo, por poco que
sea, se convierte hoy, para todos nosotros, en una obligación grave.
José Ignacio González Faus, 15 de noviembre de 2015
… Como parte esencial de su lucha contra todas las formas de terrorismo, la comunidad internacional
está llamada a emprender iniciativas políticas, diplomáticas y económicas nuevas y creativas encaminadas
a aliviar las escandalosas situaciones de gran injusticia, opresión y marginación que
siguen afligiendo a innumerables miembros de la familia humana. De hecho, la historia demuestra
que el reclutamiento de terroristas se realiza más fácilmente en áreas donde se pisotean los derechos humanos
y la injusticia forma parte de la vida diaria. Esto no significa que las desigualdades y los abusos que
existen en el mundo justifiquen los actos de terrorismo: por supuesto, nunca se pueden justificar la violencia
y el desprecio de la vida humana. Sin embargo, la comunidad internacional no puede seguir ignorando
las causas fundamentales que llevan especialmente a los jóvenes a perder la esperanza en la
humanidad, en la vida misma y en el futuro, y a caer en las tentaciones de la violencia, el odio
y el deseo de venganza a toda costa…
… Las imágenes que nos ofrece a diario la televisión son tan crueles, dolorosas y duras, que nadie se puede
quedar indiferente ante semejante drama. Según el informe de Amnistía Internacional de junio de 2015, unos
cuatro millones de mujeres, hombres y niños de Siria se había visto obligados a abandonar el país, ante una delas crisis más graves de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
      Esta inhumana situación no es exclusiva de Siria, pues son también casi 60 millones los que han tenido queabandonar también su patria, como en Afganistán, Pakistán, Sudán del Sur, Etiopía, Uganda, Somalia, República Democrática del Congo, y eso sin irnos a Colombia, Guatemala o países asiáticos. Es muy lamentable que en pleno siglo XXI estemos ante un mapa de conflictos tan extenso con muchos fuegos abiertos. Parece unfracaso de la humanidad como colectivo humano ante sí misma, y sobre todo los países occidentales, y eso sin adentrarnos ante los 800 millones de personas que viven a diario y mueren debido al hambre. Las causasdel hambre son también las causas de tanta emigración. ¿Quiénes son y somos los culpables?
Lo que agrava aún más la situación y como que nos vuelve a los seres humanos como salvajes unos para
otros, es la actitud que los países desarrollados llevamos ya años adoptando con ellos. Somos los países productoresde armas, España entre los primeros, con las que los países pobres, además de ser pobres, guerreanentre sí, se amenazan y fuerzan la huida. España lleva ya tiempo y tiempo intentando paralizarlos con vallas,concertinas, devoluciones en caliente, reclusión en los CIES, en condiciones humanas muy precarias y sin garantías
para ejercer sus derechos, y tan solo a la espera de su expulsión del país. Según noticia del 2 de agosto
fueron expulsados 831 inmigrantes tan solo de la Comunidad Valencia en 2014….
(De la Nota del Foro Gaspar García Laviana 16 noviembre de 2015)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Escuchar el silencio



Hay un proceso de evolución del silencio. Primero es un sordo rumor, un murmullo callado, un zumbido mudo que parece colarse por los oídos, que te "extraña" de ti mismo.
¿Qué me pasa? ¡Parece que tenga el oído taponado de cera! Luego, tras un breve tiempo ese silencio total se dirige a tus interiores y allí se instala. La vista, el tacto se hipersensibilizan y captas de inmediato cualquier mensaje que te llega.

Después, viene la otra fase en la que el silencio se instala en tu corazón, y comienza como a hablarte. El silencio entonces se torna sonoro, de modo que oyes "voces" dentro de tu interior.
Qué fácil es, instalado en este silencio, escucharte a ti mismo y a lo más profundo de tu ser. Qué fácil es, qué sencillo entonces, escuchar la voz de Dios a través de la reflexión, la meditación y la oración.

Ando de retiro estos días en el Monasterio de Santo Espíritu del Monte en Gilet,convento de franciscanos, donde reina el más absoluto de los silencios. Estoy, lógicamente, ejercitando mi espíritu gracias a ese callado sonido silencioso. y disfrutando de encontrarme conmigo mismo y con Dios. En medio de esta quietud del alma, que fácil es entonces desde esta situación mirar a la cara a las grandes cuestiones: si estás aprovechando de verdad lo que es la vida, como cargarse de resistencia para sobrellevarla, qué hacer para vivirla con más intensidad, profundidad y plenitud, que es, al fin y al cabo, lo que Dios me pide. ¡Por eso se que el Gran Silencio que es Dios se hizo Palabra!

lunes, 9 de noviembre de 2015

Gilet, en la Sierra Calderona: ¡qué cerca del umbral!


Estuve la semana pasada en los Pirineos, concretamente en el valle de Tena. Fue una breve escapada de dos días. Allí uno quedaba sobrecogido por las soberbias cumbres de los altos montes que ya comenzaban  a coronarse del blanco de las primeras nieves. El paisaje de otoño, pintado de colores rojos, ocres y amarillos te dejaba impactado hasta el delirio. Los arroyos y torrentes, adivinando ya la parálisis de sus primeros hielos, corrían por las laderas, saltaban por las torrenteras. Tal es la belleza de la alta montaña y que siempre se queda en el recuerdo de tu corazón. Cuando yo ando muy agobiado y estresado, acudir a la memoria de esos paisajes es un auténtico alivio.



Ahora estoy en Gilet, en la Sierra Calderona, haciendo ejercicios espirituales, alojado en el monasterio de Santo Espíritu, en medio de sus hermosas montañas, menos espectaculares que las de los Pirineos, pero con igual encanto, y aliento de paz. Sales a pasear y por los caminos sólo se oye el leve y continúa zumbido de las abejas, volando de una a otra flor para libarlas. El brezo, el romero, tomillo están todos en flor. Las “varas de San José”,  el "raim de pastor", el "margalló", las carrascas, las jaras, las murtas  y el esparto, han reverdecido gracias a las copiosas lluvias de hace unos días. Estamos en otoño, pero parece primavera. El silencio es total, y el día soleado, apacible, agradable. A lo lejos, se oyen voces humanas que parecen dar alma a las laderas de los montes tapizados de pinos verdes. (Gilet está a 30 km. de mi casa).

Qué fácil es aquí, junto con la oración y la meditación, encontrar tranquilidad y sosiego. ¡Estoy en el umbral de la Zona, casi en el paraíso!

sábado, 7 de noviembre de 2015

"Truman" una reflexión con humor sobre la muerte


Cesc Gay, el cineasta barcelonés nacido en 1967, dice de su filme que "Truman"es un intento de navegar con humor por los asuntos tristes de la vida".

"Truman" es la historia de Julián (Ricardo Darín) que es un actor argentino afincado ya bastantes años en Madrid y que, víctima de un cáncer terminal, ha decidido no recibir más tratamientos para evitar su muerte anunciada.astantes años en Madrid y que víctima de un cáncer terminal ha decidido no recibir más tratamientos para evitar su muerte anunciada. Tiene un perro que se llama Truman, al que quiere encontrar una familia que se quede con él después de su muerte. A visitarle acude desde Canadá un viejo amigo inseparable desde la infancia, Tomás (Javier Cámara), al cual hacía mucho tiempo que no veía y, que, pese a su advertencia, intenta convencerle que se replantee la situación tan grave de su enfermedad. En la película pues nos encontramos a dos hombres, el uno lleno de dignidad y entereza afrontando el final de su vida, y el otro, lleno de bondad y generosidad intentando hacerse merecedor de la confianza puesta en su amistad.

Viendo "Truman" no he podido dejar de recordar aquel poema-oración que escribía el poeta Rainer Maria Rilke: "Señor, da a cada uno su propia muerte, El morir que brota de su vida, para que tenga amor sentido y urgencia. Porque somos nosotros la corteza y la hoja. La gran muerte que cada uno lleva en sí es el fruto en torno al cual gira todo." Y es que esta película, que en ningún momento aburre ni te sume en profunda melancolía, en serio y en broma, con unos diálogos llenos de naturalidad, sin enfatismos, e introduciéndote en los mecanismos de lo que es la auténtica y fiel amistad, te hace precisamente pensar en algo tan trascendente como la muerte. Y entre ellos, el perro Truman, un un bullmastiff, una mascota que es el símbolo de esa generosidad y fidelidad que se construye entre los dos amigos y, a la vez, de la actitud y posición ética ante la vida y la muerte.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La visita de un alumno
















Esta tarde he tenido una honda satisfacción cuando me ha visitado un antiguo alumno de mis clases de instituto al que no veía desde casi 25 años (ó más). Me había seguido la pista desde que se fue del instituto y hoy ha venido simplemente para saludarme y para darme las gracias por lo que yo, como profesor, y según me ha dicho, he influido tan positivamente en su vida. 

Diré que esto es verdaderamente emocionante y que simplemente me corrobora que hay mucha gente que ha pasado por nuestra vida, llena de nobleza y con un corazón agradecido. Me dice que otro profesor (que le daba geografía e historia) y yo hemos sido los dos maestros que siempre ha recordado, y que en muchos aspectos les hemos influido en su vida. 

 Fui profesor suyo en dos materias: Religión y Medios Audiovisuales (les enseñaba radio, fotografía, televisión y cine). De mi clase de religión me dice que gracias a la imagen de Dios que yo les explicaba, nunca ha perdido la fe. Para mí, pobre cura, es esto algo muy grande y doy gracias a Dios, porque ha sido su Espíritu, no yo, quien ha obrado tal cosa. De las clases de Medios Audiovisuales que yo impartía (fue una asignatura en cierto modo inventada por mí y que conseguí instaurar en el currículo escolar, cuando aun ni siquiera había comenzado el “boom” de los estudios de la imagen), me ha comunicado que aquellos conocimientos de fotografía que le enseñé aún ahora le sirven para aprovechar su todavía gran afición a la fotografía. También le transmití la apasionada afición al buen cine que hoy tiene. Sigue recordando con entrañable entusiasmo mis explicaciones de las películas de Alfred Hitchcock que yo utilizaba como método para aprender el lenguaje del séptimo arte, los géneros y la historia del cine y la construcción de los guiones cinematográficos. Mi memoria también me traslada a aquel tiempo en que, como profesor, yo aprendía tanto de mis propios alumnos.

 Me ha dado las gracias por todo, y yo también le he correspondido por ese bondadoso recuerdo de los tiempos en que, joven todavía, me dedicaba en alma y cuerpo a la enseñanza y educación más ilusionada de la gente joven. Estas cosas te aumentan la alegría de vivir, la autoestima y el optimismo y la esperanza de que sigue siendo posible un mundo mejor. Este antiguo alumno que me ha visitado me lo ha demostrado.

lunes, 2 de noviembre de 2015




Hoy, Día de Difuntos, en nuestra parroquia de San Antonio de Padua  ofreceremos el Sacramento de la Eucaristía por nuestros difuntos.
Será a las 12:00 de la mañana y a las 7:30 de la tarde.
¡Dales, Señor, el descanso eterno!

Leyendo "El monte de la ánimas"


Esta noche es la “Noche de las ánimas”. La noche siguiente del día de Todos los Santos que inevitablemente me recuerda a mi infancia, cuando aún se vivía en el feliz aislamiento de los hoy omnipresentes medios de comunicación y el mundo no era una aldea global sino una aldea bien local.

En la tarde, pues,  de Todos los Santos, la víspera del Día de Difuntos, íbamos con nuestra familia al cementerio., mientras los mayores, llenos de melancolía, visitaban las tumbas de los seres queridos. Los críos nos juntábamos, nos susurrábamos historias de terror y cogíamos las piñas de los alargados cipreses y nos comentábamos que si las partíamos por la mitad, aparecería la faz de las calaveras. Después, al regreso, comíamos en un cucurucho de papel las primeras castañas asadas y antes o después de cenar, la abuela nos contaba algún cuento de terror, que nos ponía el corazón acelerado y los pelos de punta. No sé si aquella noche dormíamos muy bien. Pero no existían los escrúpulos y precauciones que hoy tienen los mayores con los niños para no traumatizarlos.

Después,  ya adolescentes, seguíamos escuchando otras historias terroríficas y yo como muchos otros, acudía a leer las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, los relatos de Lovercraft, o las historias de Henry James.

Así que ahora mismo, antes de acostarme, para situarme en esta noche de espectros, fantasmas y aparecidos (los zombies aún no se conocían) me voy a leer la preciosa leyenda de Bécquer "El monte de las ánimas". A mí me sigue pareciendo espeluznante. Os invito, queridos amigos, a que hagáis lo mismo.