Leo que el Papa Francisco se ha quejado de que algunos curas en sus parroquias pongan precio a los sacramentos y servicios religiosos que transforman a éstos como si fueran un producto más a vender .
La iglesia no ha puesto nunca precio a los sacramentos. Éstos, por ser un regalo de Dios,no pueden tener ningún precio. Pero la iglesia sí que pide colaboración económica (que puede ser voluntaria, para el mantenimiento de los edificios, gastos que se originan al cuidarlos y también para la sustentación de sus sacerdotes).
Cuánto vale una misa?, pregunta aquel que la he encargado:y el sacerdote debería contestar: usted no puede pagarla porque su valor es infinito. Sólo puede hacer una aportación simbólica económica para indicar que con la colaboración de su dinero, sale al encuentro del gran milagro que es la aportación de Dios en su vida, a través de los sacramentos.
El papá parece criticar a aquellos párrocos que para ayudar económicamente a la parroquia ponen precios establecidos a los sacramentos: el en el fondo sería como comerciar con ellos. Otra cosa es que los cristianos deben recordar que tienen que colaborar con el sostenimiento de su iglesia, como lo hacen las otras iglesias no católicas.
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