jueves, 3 de marzo de 2016

Oscars 2016: In & out



Como cada año un sentimiento de irritación y hastío acompañado, naturalmente, por la curiosidad me hace acercarme a las crónicas que dan noticia de los resultados y  de los premios que la llamada academia del cine americano concede todos los años a través de la entrega de las estatuillas de los Oscar. Con polémica anual ()ahora la ausencia de nominaciones para los actores negros), se celebra ese fiesta entre fastuosa y hortera que es la adjudicación de los galardones a las mejores (eso quisieran los americanos) películas del año.

Con aciertos, y equivocaciones, con sorpresas y seguridades, al final todos contentos en una ceremonia dirigida por el cómico de turno, y que allá es muy popular y conocido,  y donde las caras de póquer, las sonrisas forzadas las lágrimas poco sinceras, las mujeres y los hombres vestidos como esperpentos y los gritos y saltitos en el escenario se convierten en un batiburrillo de la Babilonia que es el mundo de Hollywood.

Por allí han pasado a recoger su estatuilla el pedante e insoportable Alejandro G. Iñárritu, el voluntarioso y admirado naufrago del Titanic, que cuando era jovencito hizo sus mejores papeles (véase” A quien  Gilbert Grape”?) y ahora parece ya vivir de rentas y la lograda película sobre el periodismo y la indignante pederastia eclesiástica

Desde fuera, al final, uno se queda con la serenidad de algo que es ajeno y extraño muchas veces al disfrute del buen cine. Y también con la extrañeza de echar en falta algunas de las muy buenas películas que han sido olvidadas por los muy provectos críticos y otra gente del cine. Porque este año se han quedado fuera algunas maravillosas películas que muchos ya hemos visto: Carol, Marte, El puente de los espías, El hijo de Saul , etc. etc….


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