martes, 16 de julio de 2019

EL VÉRTIGO DE LO INFINITO



El vértigo de lo infinito

Últimamente cuando estoy en medio de la naturaleza y además contemplando no los grandes paisajes sino algo que es pequeño o poco perceptible: unas hojas, un pequeño arroyo, unos guijarros mojados por el agua del río, unas humildes briznas de hierba, mi pensamiento vuela hacia lo que es infinito como un misterio y siento en mi interior el el vértigo de lo que es la eternidad. Me sobresalta y a la vez me tranquiliza, me tensa y la vez me relaja. 

Mi percepción es que todo, las montañas, los bosques, los ríos, los prados, los pájaros, las flores y los insectos forman un mundo que es totalmente independiente a mi voluntad. ¿No es esto una especie de experiencia mística?


Me recuerda aquelllos aforismo de Ludwig Wittgenstein que dicen: "La visión del mundo «bajo la mirada de lo eterno» es mirarlo como algo limitado. El sentimiento del mundo como un todo limitado es lo místico». «Si por eternidad se entiende no una duración temporal infinita, sino intemporalidad, entonces vive eternamente quien vive en el presente» (6.4311)

lunes, 15 de julio de 2019

SI LOS "BEATLES" NO HUBIERAN EXISTIDO...



Siguiendo la moda última del cine con temas musicales basados en biografía de músicos o grupos muy famosos, la película recién estrenada «Yesterday» del director Danny Boyle parte de una premisa tan original como interesante que podría haber dado mucho de sí: después de un apagón en todo el planeta, la vida sigue igual pero, la gente ha dejado de fumar, una marca muy famosa de refrescos no existe y la canciones de «The Beatles» son desconocidas: el grupo musical nunca ha sido conocido. Sólo un joven cantautor las recuerda e intenta aprovecharlas en beneficio propio como su autor verdadero.

¿Qué ocurrirá, se descubrirá su impostura, cómo reaccionará el mundo ante la belleza de las canciones? «Yesterday» es una distopía que comienza pues muy bien pero enseguida se enreda en una historia de amor que el director no desarrolla con acierto y no sabe como quitársela de las manos. La película pues se queda en un puro entretenimiento con el impagable regalo de las hermosas canciones, muy bien interpertada por su protagonista sobre todo las de Paul Mc Cartney, el Mozart del siglo XX.

Calificación: ** y medio.

domingo, 14 de julio de 2019

HAZ TÚ LO MISMO



El amor… se hace. Y no me refiero solamente al amor sentimental, erótico o físico. También al espiritual y al cristiano. En el Evangelio de este domingo vemos a Jesús teorizando a instancias de un intelectual judío -un maestro de la ley, que equivaldría hoy a un teólogo— sobre el mandamiento principal que es el amor a Dios y al prójimo. 
Jesús concluye la conversación diciéndole que haga realidad concreta ese amor. Pero como el docto interlocutor no quiere implicarse, Jesús le cuenta la bella parábola del Buen Samaritano, con cierta retranca de crítica al clero y a los funcionarios del templo, para mostrarle que el prójimo no se elige sino que se encuentra y muchas veces inoportunamente. 

Al final y de nuevo, Jesús, al intelectual que le pregunta, le ofrece la misma medicina aplicable a toda clase de amor y aquí, concretamente, el amor del Evangelio: «haz tú lo mismo».

sábado, 13 de julio de 2019

SANFERMINES Y LAS GANAS


Aunque a mí lo de los sanfermines no me entusiasme mucho…

«LAS GANAS»

…»Salvo comer, beber, reguardarnos de las inclemencias meteorológicas, procrear, todo lo demás que hacemos los humanos es porque nos da la gana. Hoy incluyo el fútbol y «la Gioconda», los sonetos y el parchís, las peregrinaciones a Lourdes y a LA Meca, junto al alpinismo y los viajes a la Luna, las sinfonías, las series televisivas, las bromas y los duelos al amanecer. También las corridas de toros, también los sanfermines… no hay nada más espiritual qué hacer algo porque no da la gana, sin necesidad: los animales no tiene esos caprichos o no tan frecuentemente como nosotros. Sólo porque hacemos lo que nos da la gana apreciamos la estética y necesitamos la ética. ¡Viva San Fermín!»


Fernando Savater. Publicado hoy, en «El PAIS»

martes, 25 de junio de 2019

MURIÓ EL POETA ANTONIO CABRERA



Hace unos diez días murió el poeta Antonio Cabrera. ¡Tienen a veces que morirse los poetas para que se nos despierte el deseo de sus versos. Me apura confesarlo; sólo conocía su nombre, pero no había leído nada de su poesía. Me deja admirado lo que en estos últimos días he leído de él. Una poesía llena de intimidad, de amor a una de naturaleza como la montaña por la que paseaba y que contemplaba con admiración. Una lesión en un accidente doméstico lo dejó parapléjico y en los últimos dos años ya no pudo andar los caminos de la Sierra Calderona, del Valle del Palancia  y de la Sierra de Gúdar.
Aunque a distancia yo me siento algo identificado con él. Como yo, era nacido en Andalucía, vivía en la Comunidad Valenciana, concretamente en la Vall d’Uixó  y daba clases en un instituto y en sus poemas cantó como nadie el misterio del hombre en medio de la belleza de naturaleza. Una profunda experiencia que yo siento también cuando estoy disfrutando de ella, en esas montañas entre Valencia y Castellón que parecen adentrarse en el mar  desde cuyas cumbres de rodeno se contempla todo el golfo de Valencia. Leed, amigos a este poeta: os entusiasmará.

Lugar de ruiseñores
Está junto a una fuente. No es secreto.
Un barranco con zarzas, con aliagas,
con rosales silvestres, con adelfas.
Es un espacio donde el tiempo esculpe
un bronce vegetal exacto y limpio.
A ese lugar retornan por abril
los ruiseñores, y abren de inmediato
en la floresta su diálogo nocturno
sobre intactas verdades misteriosas,
en un idioma lleno de razones
que son un raro compromiso y son
al mismo tiempo hipnosis y soberbia.

No he vuelto a ese lugar. Lo guardé un día
en el firme paisaje de mi mente
donde el cielo pensado está cubriendo
la misma luz difícil, el prodigio
de la fidelidad que lo impalpable
a veces establece con lo grávido,
con lo real, con lo que el aire mueve.

Allí también puedo escuchar el canto,
la conjetura ardiente que medito.

 De "Con el aire"2004

jueves, 20 de junio de 2019

LA ORDEN DE LA JARRETERA



A lo mejor es una cuestión de estado. La monarquía española no podría negarse a recibir un reconocimiento de tan alto rango como es la condecoración de la Real Orden de la Jarretera de manos de la otra prestigiosa, arcaica y presumida institución monárquica como es la inglesa encarnada su reina (¿momificada?) Isabel II. Si se hubiera negado Felipe VI, ¿se hubiera producido una crisis diplomática? No lo sé, pero ahí vemos a nuestro jefe de estado el rey, vestido, mejor parece disfrazado, con unas vestiduras y adornos que serán exóticos y arcaicos pero que hoy a todos nos parecen ridículos. Pero siempre hay gente a quien le gusta disfrazarse, sea el motivo que sea. Y le problema no está en el disfraz, sino en el que lo lleva. Se juega su dignidad y su credibilidad. 



No sé, pues, si esto será una cuestión de estado pero creo que estas imágenes son las que menos necesitan los españoles de ahora con el corazón muchas veces dividido entre la monarquía la república, y sobre todo, inmersos en una crisis de fe en las sagradas instituciones de siempre, debido al descrédito en el que las han sumido los hombres y mujeres públicos de nuestro país.


Lo que digo del estado, lo diré también de la iglesia, -otra sagrada y "arcaica" institución-. Todo esto me recuerda a algunos jerarcas -díganse curas, obispos y cardenales- que usan y abusan de ciertos indumentarias y «atrezzos» -casullas, capas, pectorales, mitras… -que tienen de todo menos el sentido de la discreción y la sensibilidad del pobre de Jesús de Nazaret, el Cristo, que sólo tenía una túnica y encima se la rifaron. Otra vez más, ¡me duele la Iglesia!