sábado, 28 de enero de 2017

Apostasía en el fútbol



El Real Madrid ha borrado de su escudo la pequeña cruz que remataba la corona monárquica que explica su adjetivo de “real”. Lo ha hecho a instancias de los países árabes con los que parece ser que tiene pingües negocios. Lo mismo se hizo tiempo ha en el club del Barcelona, que borró su amada e identitaria cruz de San Jorge.

¿Han renunciado estos dos afamados clubs a su identidad cristiana? ¿Será este signo un gesto de apostasía? En absoluto. Esto es simplemente un asunto de negocios económicos, o como se dice en el Barça, “la pela es la pela” y para ganarla se pasa por donde haga falta. Pero a buenas horas los equipos musulmanes, renunciarán a su “media luna”.  Hay que recordarlo: no existen naciones, sociedades, “equipos deportivos” cristianos. Tal vez los y amemos así para entendernos. Es cristiano aquel que se adhiere por la fe a la persona de Jesucristo, recibe el Bautismo e intenta en consecuencia un cumplir con sus compromisos. No hay instituciones cristianas, porque éstas no pueden personalmente ni creer ni recibir el bautismo.


A mí el deporte como negocio, como empresa económica, como espectáculo visual me causa singular aborrecimiento. No trago la histeria y el ruido mediático que hace mundo del deporte. Me produce espanto las risas y sonrisas, lágrimas y lamentos, saltitos de alegría y gestos estúpidos que algunos deportistas de élite realizan. Y alucino ante la gente que al verlo, se le cae la baba. Eso sí, me llena de admiración y respeto la gente anónima que sacrificando sus horas, hacen deporte, en minúsculas instalaciones públicas, o corriendo por parques y campos.

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