martes, 2 de octubre de 2012

Cómo hacer que tus hijos o nietos dejen de ir a Misa



Si te fastidia que tus hijos o nietos vayan a Misa y te gustaría que dejaran de hacerlo tienes bastantes recursos para lograrlo sin esforzarte demasiado.

Llega a la Iglesia lo más tarde posible, y siéntate lo más alejado posible del altar y de los otros asistentes.

Intensifica la cara de aburrimiento durante la homilía. Evita todo tipo de contacto visual con el predicador, para que sepa que no te interesa nada de lo que está diciendo, diga lo que diga.

No cantes nunca.

Las respuestas del pueblo hazlas en voz baja o en silencio, especialmente el padrenuestro.

Si tu hijo/nieto está escuchando al cura, de cuando en cuando retuércete en el banco y da un bufido o mira el reloj con aspavientos, para que la criatura dirija a ti su atención y sepa que ese no es momento de escuchar, sino de pensar en los propios problemas.

Ni se te ocurra presentarte antes de la misa al presbítero para ofrecerte a leer, a pasar la bandeja o a lo que sea.

Si te preguntan por qué ir a Misa los domingos responde que:
-Porque es una obligación
-Porque sí
-Porque es lo que toca
-Porque si no vas es pecado
-Porque lo digo yo

Y el consejo fundamental: no permitas nunca que lo que se vive en la eucaristía se extienda al resto de actividades de tu vida. Tienes muchas excusas para ello: la costumbre, el mal menor, la mentira piadosa, el qué dirán, el día de mañana, el "no exageremos", el "no hace falta tanto para ser cristiano", el "eso hay que interpretarlo bien, no seamos fundamentalistas"... Cualquiera de ellas sirve para no cambiar nada y vivir, en definitiva, como si la misa semanal fuera sólo una actividad más, un accesorio embellecedor.

Si dudas de la bondad de que dejen de ir a Misa, piensa en lo bien que te sentirás después, juzgándoles, considerándote moralmente superior, y permitiéndote decir por ahí eso de que "la juventud de hoy está perdida".
 

(CON EL PERMISO DE UN AMIGO)

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