martes, 2 de octubre de 2012

En el Encuentro Nacional de Cofradías de Burgos

Mirando al "Papamoscas"

He estado tres días en Burgos, participando del ENCUENTRO NACIONAL DE COFRADÍAS, que se celebraba en dicha ciudad. Parece ser que había cierto desconcierto. Parece que algunos proyectos que tenían se quedaron en agua de borrajas pues no llegaron las subvenciones. Normal en estos tiempos que corren. Ni alcalde ni arzobispo se presentaron a la inauguración, aunque este último presidió la Eucaristía de Clausura del domingo en la maravillosa catedral burgalesa.

Algunas de las variadas actividades “extracongresales” fueron muy interesantes. La visita a la Catedral, el museo de la Evolución Humana, recién inaugurado, donde se expone gran parte de los hallazgos y trabajos que se  realizan en la cercana Atapuerca. Yo, además, me tomé un día libre para  hacer más visitas.

Y luego Burgos, la ciudad de Burgos, una recogida, antigua, histórica ciudad que no renuncia a la modernidad y con un manifiesto sabor norteño. Aunque a mí me tocó alojarme en un hotel de las afueras, estaba situado en el mismo camino de Santiago. Desde mi ventana, veía a primera hora cómo pasaban los peregrinos, pertrechados de sus mochilas, robustas botas de andar y cayado de caminante, en dirección a Santiago de Compostela.

Y además, frío, mucho frío en Burgos, en este final de septiembre en que en Valencia todavía colea, pese a la gota fría, el calor de este agobiante y tórrido verano.

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