miércoles, 28 de agosto de 2013

En la "cordá" de Paterna





 Hacía mucho tiempo que yo quería conocer de primera mano una fiesta espectacular que se hace en Valencia: la llamada "cordà" de Paterna. Dos amigos me permitieron gentilmente compartir su balcón en un sitio muy estratégico dentro del tramo de la calle en que se realiza este espectacular acto.

Momentos antes  había asistido al pasacalle con cohetes que se realiza en las calles de esta ciudad. Verdaderamente espectacular y de gran belleza plástica. Un desfiles con las calles iluminadas por distintos colores de los cohetes-luminarias, las siluetas de los desfilantes en medio de la luz y el humo, revestidos con atuendos que los protegían del fuego, creaban un ambiente de aquelarre,  semejando fantasmas de sombra y luz en la bruma espesa que el humo y los chispas provocaban los miles de cohetes que se quemaban.

Y después, puntualmente, a la 1:30 la "cordà”. Un camión protegido por la guardia civil  va repartiendo las cajas que contienen miles de cohetes que, a la señal convenida, comienzan a ser quemados por los atrevidos vecinos de Paterna. Desde el balcón, protegido por una segura red  metálica, el espectáculo es increíble: las eclosiones de la luz brillante de los cohetes, el ruido estrepitoso de sus explosiones, las siluetas de los coheteros que aparecían y desaparecían en medio del humo, las serpientes de de luz que reptaban por el suelo de la calle o saltaban hacia el cielo, el olor picante de la pólvora provocaba que todos los que estábamos en el balcón nos subiera la adrenalina a tope. De vez en cuando algún cohete llegaba hasta nuestro balcón y al chocar con la tela metálica, se convertía en mil pavesas que nos quemaban. Durante veinte minutos el espectáculo fue frenético, sin respiro, increíble: parecíamos visitantes del más espantoso infierno.

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