domingo, 26 de enero de 2014

Cómplices (a propósito del Evangelio del Domingo)



Parecen las lecturas de un día de Navidad. La luz y las tinieblas, una luz brilla…, o sea, Isaías, el profeta de la esperanza, del futuro que todos deseamos.... Pero es el modo con que el Evangelio de Mateo nos presenta a Jesús  comenzando su vida pública.

Las primeras palabras de Jesús, naturalmente, son un poco la presentación de su programa. El reino de Dios o como dice Mateo, buen judío, de los Cielos es el programa de Jesús, el mejor proyecto de Dios para los hombres. Para que ese Reino esté cerca, dentro de nosotros, hay que construirlo todos juntos (Dios y nosotros): sólo cambiando de mentalidad (¡convertidos!) es posible.

Pero Jesús no quiere realizar ese Reino de Dios él solo, tiene que contar con nosotros, no nos lo puede imponer, sino que libremente hay que aceptarlo y realizarlo. ¡Hasta en esto Dios respeta nuestra libertad!

Por eso inmediatamente, se pone a buscar a sus discípulos, para convertirlos en pescadores de hombres. ¿Por qué no me hago yo cómplice de esta aventura?

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