Alemania,
Francia, Inglaterra son las tres naciones de la Comunidad Europea que parecen
girar sobre sí mismas. Son los países
del egoísmo. Me refiero a los estados europeos que viven en la insolidaridad de
su propio bienestar y que en sus manos parece estar el destino de toda Europa.
Han visto
las angustias de los que quieren entrar y se ahogan enfrente de la Isla de Lampedusa o se enganchan en las vallas de alambradas
de Ceuta. Indiferentes, orgullosas de la soledad de su entorno de riqueza. Pero
miran para otro lado. Ahora se encuentran con el "marrón" de la
entrada masiva de inmigrantes. Aunque no es la dura terrible y dramática
presión que sufren las fronteras de Italia y España, los franceses e ingleses
se sienten alarmados porque los inmigrantes se les quieren colar por el túnel
del Canal de la Mancha.
Vemos a
través de los medios de comunicación cómo éstos desesperados inmigrantes,
buscando un lugar al sol, huyendo de la más terrible de las miserias, escapando
de sus países asolados por la guerra, están intentando asaltar el túnel que une
Francia con Inglaterra. Y si esto es del todo verdad (no me fío mucho de la televisión
y prensa y menos en vacaciones de verano donde toda noticia se amplifica),
veremos cómo estas naciones -Alemania, Francia, Inglaterra- que siempre han tomado
actitudes tibias y débiles ante el problema gordísimo que los países
mediterráneos sufren, blindarán sus fronteras o cambiarán de postura y intentarán buscar alguna solución, ojalá que
sea humanitaria. Como clama el Papa Francisco.
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