domingo, 4 de septiembre de 2016

Cómo se hace un obispo


El otro día N., un buen amigo, creyente tradicional y cristiano cabal, me preguntó que quién era el que elegía y nombraba a los obispos. La pregunta me pareció ingenua e indiscreta. Le contesté, con rapidez y desparpajo, que los laicos y los curas, no los eligen. Porque aunque sabemos que es el papa y los obispos quienes los nombran, a veces llegar a ser obispo y conocer el trayecto que han recorrido para llegar a ese cargo, es en nuestra I
glesia, casi un misterio. Hay pareceres, opiniones, informes, filtros, simpatías, apreciaciones e incluso favores. También, consultas, escrutinios, dosieres y cartas secretas de nunciatura… un camino largo y abstruso hasta que se llaga a obispo.

Como tantas cosas en nuestra iglesia, todo humano, muy humano. Y se supone del que ha sido electo como Obispo, que debe tener las cualidades que San Pablo invocaba para serlo. (Véase la Primera Carta a Timoteo, capítulo 3) o sea, con palabras de hoy prudencia, inteligencia, sentido pastoral y acendrada y probada fe.

Al inicio del cristianismo, como también ahora, esas son las condiciones en principio que se exigen para adornarse la cabeza con la mitra (un tocado que a mí me parece hoy día totalmente trasnochado), pero sin embargo, algo fundamental hoy se ha olvidado: que eran las comunidades cristianas quienes presentaban los nombres de los candidatos al obispo para que éstos que fueran elevados a la sede episcopal (otra expresión con carga clerical).


Creo que mi amigo N., que siempre se queda con interrogantes en la cabeza, no quedó muy esclarecido con respecto a su pregunta.

1 comentario:

  1. Una de las "llagas de la iglesia", para Rosmini, hace 170 años...
    http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2009/02/11/beato-rosmini-la-cinco-llagas-de-la-sant

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