lunes, 30 de septiembre de 2013

Pobres y ricos (a propósito del Evangelio)




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Continúa  Jesús en los evangelios de estos domingos, hablándonos de los pobres y los ricos. Hoy nos cuenta la historieta del rico que banqueteaba y el pobre Lázaro. Parece que esté justificando la pobreza de Lázaro, con la promesa de un premio posterior, en la otra vida, simplemente por ser pobre. No se trata de eso. La parábola nos habla más bien de cómo es Dios y cómo llegamos a ser los hombres.

Lázaro simboliza el hombre que no tiene nada, que ni siquiera recibe la compasión humana; las únicas caricias que recibe, son los perros que le lamen. Jesús nos dice: Dios está con los sencillos, los humildes, los pobres de corazón. La garantía de tener a Dios cerca, no es la carencia de medios económicos, sino la humildad, la sencillez, el tener el corazón abierto a las necesidades de los demás.

Y los ricos, ¿qué?. También podrían llegar al seno de Abrahán, si en vez de ostentación, poder y banquetes, tuvieran el corazón sencillo, abierto a los demás. El abismo que cavan entre los hombres sería un puente de comunicación y compartir.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Toma de posesión



Estos últimos domingos de septiembre son los días elegidos por los sacerdotes que han sido nombrados párrocos de otras parroquias para tomar posesión de las mismas.  No me gusta la expresión "tomar posesión de una parroquia", porque parece que el párroco se convierte después de esa ceremonia en el dueño y señor de ella.

Todos sabemos que muchos párrocos gustan de repartir la responsabilidad sobre los feligreses laicos y son muy felices cuando la gente considera a la parroquia como algo propio, por lo que ayudan y colaboran en todas sus posibilidades.

Así debe ser. La iglesia, la parroquia, como un pueblo y una comunidad cuyo único señor es Jesús. El cura párroco, como un administrador, que sirve a esa comunidad. Y todos responsables. Lo que pasa que muchas veces el cura se desentiende o se torna en tirano, o aún peor, los feligreses no quieren saber nada: sólo entran en la parroquia para que se les sirva.

El domingo pasado estuve precisamente en la toma de posesión de mi amigo Pablo que desde seis añosde cura en Saló ha pasado a ser el cura párroco de la parroquia de la Sagrada Familia de Torrent. En una ceremonia algo rimbombante, pero muy bonita, el recibió el oficio del servicio a esa parroquia. El templo estaba abarrotado, y hubo muy bonitos cantos llenos de alegría. Mi amigo Pablo estaba muy emocionado, aunque algo nervioso y sudando a mares. "Tengo un susto de María santísima", dijo al final. Sé que lo hará muy bien, porque es un buen sacerdote que además siempre está lleno de buen humor. Rezo al Señor para que le ayude.


martes, 24 de septiembre de 2013

Tal que así era el día que amaneció ayer



Tal que así era el día que amaneció ayer
y esta era la mañana de luz:
El sol se escondía, 
recién nacido y avergonzado, 
tras la blanca gasa de la nube, 
sobre el azul descarado del mar.
Un día más, para la luz y el gozo:
¡Dios que se regala cada mañana!

Apostillas al Papa Francisco





"Jamás fui de derechas" (pero siempre he ido a misa).
"Jamás fui de derechas" (pues Jesús y su evangelio tampoco lo son).

En el "ABC", de hoy ya comienzan los ataques descarados a su mensaje.¿Quien lo iba decir?: ¡el "ABC" contra el Papa!

domingo, 22 de septiembre de 2013

Riqueza, pobreza (a propósito del Evangelio del Domingo)





El Papa Francisco nos está hablando constantemente del espíritu de la pobreza. El se ha ido descabalgando de tanta pompa y lujos y ostentación que había en el Vaticano. Vive muy sencillamente de modo y  manera que a todos nos ha llenado de admiración. ¡Un Papa insólito! (Mirando hacia atrás en la historia de la iglesia, ha habido también muchos papas como el).

Lo que está haciendo el Papa Francisco, lo dice hoy el Evangelio. El lujo, la ostentación, el consumismo, la riqueza no nos pueden hacer felices. El dinero no es malo, lo que es malo es lo que tiende en nosotros puede provocar: aísla a nuestro corazón, despierta a la profunda y oscura fiera insaciable de nuestro egoísmo.

Paradójicamente Jesús nos habla de dos riquezas. La riqueza material, el dinero que nos condena a la infelicidad (aunque la sociedad de consumo nos quiera demostrar lo contrario) y la otra riqueza, la que es válida ante Dios, que tiene los nombres de solidaridad,  austeridad, generosidad, humildad, sencillez.

jueves, 19 de septiembre de 2013



Unas cuantas cosas que me disgustan del cine español.

Uno.
Que sólo las películas muy publicitadas, o amparadas por los padrinos del cine en España (Almodóvar, Trueba...), tengan espectadores.

Dos.
Que los espectadores que han superado la alergia al cine español vayan a ver películas españolas llenos de prejuicios, resabiados y escamados. Yo soy el primero.

Tres.
Que el público no acuda a ver otras películas españolas que se hacen en nuestro país y que son muy dignas de ser tenidas en cuenta. La causa puede ser la negativa comercial de los distribuidores y exhibidores. Y es que en España se ruedan buenas películas... ¡que no llegan a estrenarse!

Cuatro.
Que los actores españoles, que saben muchos actuar bien, no sepan pronunciar el castellano. ¡Si ruedan con sonido directo, tienen que aprender a vocalizar! Yo no estoy sordo, pero me pierdo muchos de los diálogos de las películas hispanas.

Y cinco.
Después de ver "La gran familia española", me ratifico en lo dicho anteriormente. Eso no es una familia, los personajes están todos medio desquiciados, las situaciones son tan estrambóticas y tan ñoñas, que provocan la risa tonta. Su audacia y osadía en los planteamientos es ficticia pues busca la complacencia del espectador. Prefiero aquella otra película, en blanco y negro, donde Alberto Closas, Pepe Isbert, y José Luis López Vázquez vivían situaciones familiares más creíbles. (Me refiero a "La gran familia"  de 1962).