domingo, 26 de febrero de 2017

Los caminos de la montaña

Mi amigo J. me contaba anoche cómo cada vez más en las montañas los caminos y senderos están más controlados por las ordenanzas municipales, provinciales. Y me decía el sinsentido que es abrir pistas y carreteras por las que pueden acceder hasta lo más profundo del monte toda clase, de vehículos (hasta los más birriosos)  y después toparse con toda clase de vetos y prohibiciones (vallas, alambradas, barreras…) que hacen imposible el hacer senderismo o pasear simplemente por el monte.
Motos ruidosas y toda suerte de artilugios con ruedas corren sin cortapisas por las laderas de la montaña, destrozando caminos y senderos y alterando con su ruido la paz y el sonido natural de la montaña.

Hasta los ciclistas en la práctica del “mountain bike” están deteriorando gravemente  los senderos más humildes: las ruedas “dentadas” de goma muerden los caminos y abren surcos que la erosión de la lluvia agranda y hace impracticable el poder caminar por ellos.


No se trata de prohibir desde arriba, se trata de educar en el respeto a la naturaleza y también de ordenar con sentido común su uso.

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