viernes, 13 de octubre de 2017

LA BENDICIÓN DE UNA NIÑA




Vicente, amigo de la adolescencia con el que todavía disfruto, después de tantos años, la alegría de la amistad, me envía esta preciosa fotografía donde aparece su pequeña nieta Teresa, que no llega ni a medio año de edad, tomada hace unos días en el Vaticano. Es una imagen  ya muy vista y repetida que nunca deja de ser entrañables y hermosa: el Papa bendiciendo y besando niños. 

Mi amigo Vicente, abuelo primerizo, bien feliz y contento está al contemplar a su nieta cómo acaricia el rostro del Papa Francisco. Éste, antes, la había bendecido y ella ahora con esa caricia con sus manecitas en el rostro, le devuelve la bendición. Acariciar a un niño, ahora que parece estar todo bajo sospecha, es acariciar a Dios porque un bebé es ya  en sí, la misma bendición de Dios. Ellos representan además de la bendita. inocencia y sonrisa de Dios, el futuro esperanzado que Dios quiere para la humanidad. 

Que la bendición del buen papa Francisco la acompañe y  la estimule para que Teresa sea una persona feliz durante toda la vida que sin duda es lo que Dios quiere para ella. ¡Enhorabuena también a sus padres!

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