miércoles, 14 de marzo de 2018

CARROÑEROS



Otra vez ha ocurrido lo mismo. Después de la catarsis general que hemos sufrido con la angustiosa desaparición del niño de Almería y su trágica y monstruosa resolución final con la aparición de su cadáver y a pesar de la ejemplar recomendación de los padres del niño que solicitaron  dejar a la justicia que actúe contra la infanticida, de nuevo y como en otros tristes casos anteriores, los medios de comunicación de las televisiones han vuelto a cebarse morbosamente en las vida personal y sus antecedentes biográficos de la repulsiva asesina.

Esta mañana he podido ver en un ratito varios programas de la televisión que informaban (mejor, “deformaban”) al público televidente del modo más odioso y rebosante de morbo sobre este último caso. La investigación, entrevistas y opiniones no podía ser más repulsivos. Los periodistas como buitres se abalanzaban sobre la carroña de la noticia gratuita y el rumor más inasible. Y no lo hacía solo Telecinco experta en basura y carne corrompida, si no también Televisión Española en el primer canal. El colmo ha sido ver que también la COPE, la televisión de la Iglesia, que siempre debería promover valores evangélicos y humanos también andaba con sus reportajes, enlodada en el fango de tanta suciedad. Con muy mal humor y rabia he apagado el televisor.


Pero no sé si esa es la cuestión, porque si los medios de comunicación emiten tanta basura es porque hay un gran número de espectadores, aquejados de coprofagia que lo buscan y lo aceptan. ¿Habrá que decir que tenemos la televisión que nos merecemos? ¿Hasta cuándo?

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