martes, 13 de marzo de 2018

UNA ENTREVISTA



Hace unos diez días, una periodista de "Las provincias" que tenía referencias mías de cuando estaba en El Cabanyal, me pidió hacerme una entrevista, sencillamente porque pensaba que podía ser interesante el tipo de cura que yo soy. Sin caer en la falsa humildad, no creo que yo sea el sacerdote excepcional, venido de otro mundo; me siento, más bien, un sacerdote hijo del Vaticano II que, como aquel Concilio y especialmente gracias al gran papa Pablo VI, se tomó muy serio el diálogo entre Evangelio e Iglesia, con la cultura y el mundo. Creo que somos muchos presbíteros los que lo tenemos esto muy en cuenta. 

Este domingo en el en el pliego central del suplemento semanal de periódico "Las provincias" ha salido publicada tal entrevista. Ahí tenéis, arriba, la foto de la página de la entrevista que no he podido bajarla del periódico digital pues en Internet no está.

Muchos amigos que  la han leído me han felicitado, y están contentos de lo que digo. Alguien me ha dicho que soy un sacerdote frívolo, mundano. Todo lo contrario: soy una persona muy profunda cristianamente hablando. El cine, la lectura, la cultura, me gusta y la cultivo simplemente porque así vivo más profundamente mi fe en Jesús de Nazaret, el Resucitado y me sirve como recurso pastoral para anunciarlo a los demás. No me resigno a ser un sacerdote de corte tradicional que cree que evangelizar es sólo decir montones de misas, rezar el rosario, hacer novenas, pasear procesiones y vivir encerrado en los muros inexpugnables y herméticos de una Iglesia anclada en el pasado y enraizada en tradiciones rancias y obsoletas que se asoma muchas veces al mundo sólo para condenarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario