miércoles, 11 de julio de 2018

EN NUEVA YORK


Antes de ayer regresé de Nueva York. Han sido ocho días de estancia en la que, para mí, es la ciudad más increíble del mundo. Hace cuatro años tambien estuve allí, aunque las visitas a Filadelfia y Washington no me permitieron estar mucho tiempo. Ahora, esta semana entera, he podido hacer lo que más me gusta precisamente en Nueva York: callejear, pasear por las calles como los muchos turistas que, boquiabiertos, contemplan el paisaje urbano más colosal del mundo y a la vez más humano. Estos viajes para mí relativizan lo que es el mundo, las naciones, las patrias. 

Con mi flamante cámara -ésta es como un tercer ojo que suele observar a veces lo que la mirada superficial no ve-, he podido captar muchas imágenes de gente, de calles, de edificios y algo inolvidable de Nueva York: sus plurales contrastes.

Lo mejor de todo viaje es que las experiencias que adquieres se queda en la memoria de dónde poco a poco vas reviviéndolas.

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