miércoles, 12 de diciembre de 2018

¡NO MÁS WHATSAPPS, PLEASE!


Hay dos grupos humanos que se pueden clasificar por la edad, a los que les gusta casi sin control el uso de las nuevas tecnologías. Me refiero a adolescentes y a la gente mayor. Los primeros con una sabiduría intuitiva e innata manejan los aparatos electrónicos con gran  soltura y enorme facilidad. Los segundos, con bastante torpeza pero también con mucho dedicación y curiosidad. Me estoy refiriendo a los teléfonos móviles y a sus distintas aplicaciones y en especial la de WhatsApp.

Vemos a los chavales en todos los rincones y espacios, en toda circunstancia y ocasión manipulando los teléfonos saciando esa necesidad que tienen a esas edades de comunicarse. Su riesgo corren, sus peligros tienen.

Pero también, a la gente ya muy madurita, las nuevas tecnologías les apasiona. Algunos hemos sido casi analfabetos digitales y hemos aprendido "a leer” las cosas de internet. Los que están dentro alrededor de la llamada tercera edad, forman grupos de WhatsApp donde colocan, además de mensajes normales  muy útiles, toda suerte de ocurrencias y chorradas. Algunos parecen tener todo el tiempo del mundo para inundar, llenar y hacer rebosar de misivas todos los buzones digitales.


Y ocurre que cuando nos metemos en un grupo de WhatsApp y nos vemos tan sobrepasados, la primera reacción es salirnos entonces del grupo. La función tan útil de estas aplicaciones que es la buena y rápida comunicación se estropea por la tozudez de los que emiten envíos.  Lo lamentable es que cuando uno se da de baja como se sale del grupo, El otro piensa que es porque se ha enfadado o porque no quieres saber nada con él. Pero no es así.

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