¡Qué aburrimiento, qué tedio más mortal me entra cada vez que veo un telediario! Siempre lo mismo y con muchos minutos: que si un partido que si el otro; en el país solo parecen existir los interese de sus partidos. En sus discursos solo se ocupan de atacar a los que se les oponen pero no hablan de los problemas reales que a la gente corriente aquejan. Solo hablan se si mismos, esos señores/as que pertenecen a unos partidos que ya no representan a nadie. Dicen defender a los ciudadanos, pero están defendiéndose a ellos mismos. Un enseña los trapos sucios de los otros y los otros muestran otros trapos aún más sucios. Unos hablan con sonrisa forzada de un futuro más negro que el carbón, otros prometen el oro y el moro que saben que nunca van dar.¿Donde están los auténticos intelectuales españoles, la gente que debe estar comprometida con la sociedad? (En México, país sumido en la inmensa inmoralidad de la violencia casi instituida, un poeta, Javier Sicilia, se ha tirado a la calle y están arrastrando a muchedumbres en una marcha para exigir a los políticos una rectificación en el desatinado rumbo que lleva su país).
Al final, al españolito no se le helará el corazón de frío, sino de puro aburrimiento. Y encima, ahora, empieza la campaña electoral. ¡Cerremos la tele y abramos un libro!
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