miércoles, 19 de diciembre de 2012

Sólo es un catarro



Retorno, o eso es lo que quiero. Noqueado por el guantazo de un descomunal catarro, ando estos días como un zombi. Otra vez las enfermedades del frio me pillan desprevenido. He estado casi tres días sin voz, afónico por un catarro invernal. Medio mareado, no tenía ganas de nada, ni siquiera apetito. Aunque en de momento el resfriado parece aún  más atacar, creo que ya ando saliendo de la enfermedad.

Creo que la única manera de salir de un gran catarro es pasándolo: dejar que los días y sus horas pasen y si te estás quieto y al calorcito de casa, mejor. Lo que pasa que a ver quién puede hacer eso. He  tenido que celebrar Misas con un hilo de voz a punto de romperse. 

También he advertido el interés y preocupación de la gente de mi alrededor por mi salud: además de preguntar por ella, me ha n dado sus propios consejos sanitarios: que si leche y miel, infusión de tomillo, gárgaras con bicarbonato, vaharadas de eucaliptus, brevajes de romero y limón, etc. además de tratamiento de farmacia (paracetamol, efedrina, antigripales).

Espero que en unos días este “impasse” sea un episodio más.

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