martes, 21 de mayo de 2013

Regreso del Rocío



Después de siete días, regreso del Rocío. 

Este año la romería ha sido la más fría y con menos gente de las veintitrés que ya tengo a mi espalda. Llamaba la atención las calles De la aldea de Almonte, otrora atestadas de  gente. Se podía pasear muy  cómodamente por ellas sin tener que sortear caballos, evitar carriolas ni tropezar con la gente. Con la constante amenaza de lluvia que en muy poco momentos cuajó, un viento gélido hizo que muchas veces en pleno mediodía tuviéramos que usar ropa de abrigo.

Estos obstáculos precisamente han favorecido que se cumpliesen muchos de los objetivos de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Valencia de la que yo soy Director espiritual.

El camino desde Benacazón hasta el Rocío, (unos 80 km andados en tres días) es siempre maravilloso: el campo parecía un jardín, la marisma estaba espléndida de flores. Fueron tres jornadas  de convivencia y fraternidad. Después una vez llegados a la aldea del Rocío, los actos oficiales en los que tuvimos que participar salieron perfectamente.

 El final fue apoteósico: el encuentro de la Hermandad y su "Sinpecado" con la imagen de la Virgen del Rocío en la multitudinaria y prolongada procesión del lunes de Pentecostés. La emoción y las lágrimas de tener a la imagen de Virgen del Rocío tan cerca estalló en el corazón de todos los hermanos de Valencia. Ojalá que esa emoción se convierta en  sentimiento religioso y éste en acto de fe y testimonio de vida auténticamente cristiana.

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