sábado, 7 de febrero de 2015

Después de cenar



Hoy viernes, era el día del ayuno voluntario, según la campaña de” Manos Unidas contra el hambre en el mundo”. En muchos lugares, parroquias sobre todo, nos hemos reunido un montón de gente para disfrutar de uno de las más grandes satisfacciones que podemos tener los seres humanos: la acción de la solidaridad.

El corazón se ensancha, la sonrisa se enciende, y la esperanza de un mundo mejor se hace patente: simplemente por hacer este pequeño acto solidario. Cenar pan con aceite, agua y una naranja. De allí mismo vengo ahora y me siento saciado como si hubiera estado cenando  en un restaurante con estrellas Michelin.



Lo hemos hecho aquí en la parroquia de San Antonio de Padua, con abundante concurrencia al igual que  también en miles de parroquias esparcidas por toda nuestra patria. Es un gesto pequeño, pero es muy significativo: os invito a que también vosotros hagáis este pequeño gesto solidario. Es una solidaridad muy sencilla, pero el que es solidario en lo pequeño, también lo es en lo grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario