miércoles, 31 de marzo de 2021

NO ESTÉS ETERNAMENTE ENOJADO

 


Cantábamos el otro día en la iglesia ese canto cuaresmal archipopular en toda España y que hasta los más viejos lo conocen: “perdona a tu pueblo señor… No estés eternamente enojado.


¿Enojado? y ¿eternamente? A mi me parece una barbaridad  si nos damos cuenta de que estamos hablando del Dios que reveló Jesucristo que es sobretodo padre de misericordia. Pues yo digo siempre que mi Dios se debe reir conmiserativamente de mis fallos y mis pecados…

 

Enojado: pues pobre Dios porque estar siempre con cara amarga y de enojo debe ser muy duro y además, si es eternamente, nunca podrá dar tiempo para la sonrisa.

 

Creo que a ese canto de “Perdona tu pueblo, Señor…” hay algunos que le han cambiado las letras de sus estrofas (que son de un sadismo indescritible) para hacerlo compatible con la nueva sensibilidad de los creyentes cristianos acerca de la imagen de Dios. Ese Dios que está siempre enfadado y que lanza rayos y truenos contra los pobres humanos es más bien Zeus, y no el Dios que Jesús de Nazaret retrató maravillosamente bien en aquella historia del hijo pródigo y el padre que perdona y abraza y espera siempre con la sonrisa en los labios.

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