viernes, 8 de julio de 2011

Almiserá: una visión poética.


Mi amigo José Ramón Costa i Sarió me regaló el mes pasado un pequeño libro de poemas – “Les quatre estacions, viscudes a la baronia d’Almiserà” que con todo el cariño del mundo ha escrito. Y no sólo con cariño, sino también con una gran inspiración. Humildes y soberbios, pocos en número y muchos de ellos muy breves, son versos llenos de una inspiración natural, de una serenidad contemplativa, donde el ritmo de las palabras se precita hacia una resolución casi místico-natural. El transcurso del tiempo expresado en las estaciones del paisaje urbano y campestre de ese pequeño pueblecito está observado con minuciosidad, con un amor infinito y se insertan en el mismo devenir del tiempo humano.
La tardor
“Sens adornar-se’n,
la tardor comença,
i els dies amb fredor.
Com rosa perfumada,
plena de rosada.”

Algunos de esos poemas, breves, concisos, sin resolución, a veces parecen kaikus japoneses, donde el alma humana se desnuda a través de la naturaleza y la vida sencilla de un pueblo pequeño pero apiñado en un mismo corazón.
 “Comença l’hivern,
Amb el dia mes curt de l’any.
Però, amb l’esperança,
del camí endavant”

Escritos en lengua valenciana, culta, pero no pedante, los versos están muy pulidos  y recuerdan muchas veces al leguaje íntimo y cantarín de Ausias March.
Una gran sorpresa para mí, y un regalo de mi amigo José Ramón, que es a la vez Cura de ese pueblo: su inspiración sencilla es potente y bellamente creadora. Gracias, José Ramón.

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