domingo, 10 de noviembre de 2013

Dios de vivos (a propósito del Evangelio del Domingo)





El Evangelio de esta semana hace de puente con los domingos anteriores y los que van a venir después, que nos hablarán del futuro, de la trascendencia, del más allá, para así acabar el año litúrgico.

 Algo que me gusta mucho de este Evangelio de hoy: “Dios es un Dios de vivos, no de muertos".

¿Cuántas veces hemos mostrado a Dios como un Dios de muertos”? El dios cruel y castigador, el dios tirano, el dios policía, el dios tapagujeros, el dios aguafiestas. Ese es el dios muerto que por desgracia muchos cristianos creen y transforma a muchos en tristes cristianos. ¡Es natural que  huyan y renieguen de Él!

Pero hay otro Dios que es el que nos reveló Jesús de Nazaret: él mismo. El Dios que ama a la vida, que le gusta pintar de colores el mundo, que llena el alma de alegría, que mira con optimismo el mundo, que inunda de esperanza aquel que cree en el, que nos dice que aunque las cosas a veces vaya mal, Él tendrá al final la última palabra: palabras de amor, de esperanza, de júbilo.
A ese Dios yo me apunto, ese es el Dios en el que yo creo. El Dios al que también os invito a creer. Veréis que bien, pese a todo, os van a ir las cosas.

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