domingo, 30 de noviembre de 2014

Llueve por fin en mi ciudad


¡Ojala rasgases el cielo y bajases! (Isaías)

Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé. (Isaías)
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor. (Libro de Daniel)

Y por la hermana agua, preciosa en su candor, 
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! 
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol, 
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor! (Francisco de Asís)

¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Ábrete, tierra!
¡Haz germinar al Salvador! (Himno litúrgico)

Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de lluvia tras los cristales. (Antonio Machado)


(Llueve, llueve dulcemente...)
... El agua lava la yedra;
rompe el agua verdinegra;
el agua lava la piedra...
Y en mi corazón ardiente,
llueve, llueve dulcemente.( Juan Ramón Jiménez)

1 comentario:

  1. Yo de Machado, a propósito de la lluvia, la que me viene a la mente es esta otra
    http://www.abelmartin.com/guia/antol/cam_6.html

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