Sirviendo a la Parroquia de los Ángeles

Cum iubilo! Me lleno de alegría y me adhiero al homenaje que la otra noche la Junta Parroquial de la Semana Santa Marinera de Nuestra Señora de Los Ángeles rindió a nuestro común amigo Enrique Juan y Gil (Enriquito). Cumple por estas fechas los 25 años de servicio a la parroquia como sacristán mayor. Ahora tiene (¿me das permiso para decirlo, Enrique?) cuarenta tacos recien cumplidos, asi que imaginad cuando empezó...

Un tiempo ya largo que ha dedicado, con grandes sacrificios y tiempo gastado, atendiendo a las muchas coyunturas y necesidades de la Iglesia de Los Ángeles, colaborando con sus curas párrocos, y ayudando con su sabiduría y destreza a muchas cosas que necesitan las Cofradías  de Semana Santa. Algunos piensa que la Iglesia se construye con grandes sermones o diciendo misas. Enrique tambien, con su eficiente trabajo, ha edificado mucha Iglesia.

Yo he sido receptor de sus muchos servicios y atenciones durante los doce años que lo he tenido de sacristán. Por eso también estoy sumamente agradecido. ¡Enriquito vale para todo, para un roto y un descosido! He contado con él como sacristán, como amigo y, por la diferencia de edad que tenemos, también como un hijo.

Enhorabuena, Enriquito. Ad multos annos!

Durante muchos años ellos han sido mi mano derecha e izquierda. ¡Benditos sean!