viernes, 26 de junio de 2015

La dispersión de las vacaciones


En la parroquia anterior, donde ejercitaba mi ministerio sacerdotal, por estas fechas –pese a que los colegios cerraban- parecía no acabarse el curso. Una celebración u otra (semanas culturales de las cofradías y otros eventos) seguían ocupando los días del incipiente verano. Lugo venía la fiesta de la Virgen de los Ángeles y todos sus preludios y preparativos. Así, acababan unas fiestas y empezaban otras. A lo sumo, se notaba que era verano porque el horario de misas adelgazaba.

Ahora y aquí, la situación (por lo menos como la percibo) parece diferente. Dentro de unos días la inmensa mayoría de mi feligresía habitual desaparece y se desperdiga por pueblecitos de veraneo, chalets, y otros lugares de mejor clima. (El sábado pasado al final de la Misa de fin de curso, muchos ya se despedían). Parecía la gran dispersión.

Cambiaré pues el horario, y me quedaré casi solito con el calor a veces apabullante de nuestra ciudad que aliviaré con el parque del río que florece tan cerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario