lunes, 15 de junio de 2015

La sencillez y belleza del Evangelio (a propósito del Domingo)



¿Por qué lo complicamos tanto, por qué hacemos que el Evangelio sea a veces tan abstruso y dificultoso de comprender, por qué la fe cristiana tiene que ser para muchos algo tan complicado e ininteligible? Lo que Jesús precisamente nos dicen el evangelio es todo lo contrario: el mensaje de Jesús es claro y sencillo y de una belleza incomparable. Léase, si no, el Evangelio de este domingo: La iglesia a través de la carga de los siglos ha transformado muchas veces su mensaje en algo incomprensible y en algo insoportable de sobrellevar y cumplir.

Retornemos a la sencillez, a las aguas claras del manantial de las palabras de Jesús escritas en el Evangelio: somos pequeñas semillas destinadas a convertirnos en hermosos árboles. Sus ramas producen sombra y frescura para los que estamos alrededor, producen frutos que nos alimentan y nos deleitan, son un cobijo y lugar de seguridad para los pájaros que desde ellas cantan dulces melodías para nuestro deleite.

Ese es el proyecto de Dios y el Reino de Jesús sobre nosotros. ¡Benditas parábolas del Evangelio!



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